Científicos chinos han logrado imitar la fotosíntesis de las hojas para generar la energía más limpia, el hidrógeno. Pretenden crear una fábrica de hidrógeno en miniatura para acabar con la dependecia del petróleo.
Un detalle oculto en la naturaleza podría ser la clave para encontrar fuentes de energías limpias. El poder de las plantas para crear la solución a los problemas de energía. Científicos de la Universidad Jiao Tong de Shanghai han imitado el material de las hojas de los árboles para que de manera artificial realicen la fotosíntesis, es decir, la conversión de la luz, energía luminosa en energía química estable, hidrógeno.
Las hojas de las plantas han desarrollado durante millones de años el sistema perfecto para coger la energía de los rayos del Sol de manera eficiente. Éstas usan la energía para producir su alimento, proceso en el que intervienen las moléculas del agua y la creación de iones de hidrógeno. Tongxiang Fan, de la Universidad Jiao Tong de Shanghai, explica en la revista New Scientist que es posible crear una fábrica de hidrógeno en miniatura: «Utilizar la luz solar para dividir moléculas de agua y obtener carburante de hidrógeno es una de las más prometedoras tácticas para erradicar la dependencia del petróleo «, asegura.
IMITAR LA FOTOSÍNTESIS PARA CREAR HIDRÓGENO
La idea no es nueva aunque, hasta ahora, los investigadores se habían centrado en intentar modificar las moléculas que llevan a cabo el proceso. Los investigadores chinos cambiaron el concepto e intentaron copiar la compleja estructura de las hojas. «Nos gustaría adoptar un concepto completamente diferente, imitar la fotosíntesis copiando la complicada arquitectura de las hojas verdes, » dice Fan. Las hojas de las plantas fueron sometidas a varios procesos químicos hasta obtener un material que conserva gran parte de su estructura original.
Los científicos usaron varios tipos de hojas como las hojas de los viñedos (la Anémona vitifolia). Primero, se les añadió ácido diluido hidroclórico, para que ellas mismas sustituyeran los átomos de magnesio – que forman una parte crucial del funcionamiento de fotosíntesis de las plantas – por los de titanio. Tras este proceso dejaron que se secaran las hojas y las calentaron a la elevada temperatura de 500ºC para que se consumiera la mayor parte del material de la planta. Así se quedó un marco de dióxido de titanio cristalizado. Este sistema podría ser útil para generar hidrógeno.
Por Ana Palicio Pire
Fuente: www.mundo-geo.es