En 1924, un biólogo creativo y excéntrico llamado JBS Haldane, predijo que en el 2074 más del 70% de los bebés nacerían de un útero artificial. Incluso se le ocurrió un nombre para el proceso: la ectogénesis.
Ahora, la investigación de un equipo de científicos de la Universidad de Kioto, Japón, parece indicar que esa visión está un paso más cerca de convertirse en realidad. La bióloga Mitinori Saitou y sus colaboradores publicaron un artículo en Science, que explica cómo fueron capaces de crear células de óvulos humanos inmaduros a partir de la sangre humana, en lo que se considera una primicia mundial.
Para ello, el equipo extrajo células de la sangre humana y las convirtió en células madre pluripotentes, que tienen la invaluable capacidad de transformarse en cualquier tipo de célula humana. Luego las insertaron en ovarios «artificiales» en miniatura, fabricados en el laboratorio usando células embrionarias de ratón.
Este es un primer paso para un potencial futuro donde existieran los bebés hechos en laboratorio, pero aún queda mucho camino por recorrer (¿siglos, tal vez?), por no mencionar las complejas cuestiones éticas que se deben tener en cuenta.
Si bien este método podría ofrecer la oportunidad para que algunas parejas resuelvan sus problemas de infertilidad, así como para parejas del mismo sexo y mujeres trans (todas las cuales pueden tener dificultades para concebir de la manera tradicional), también plantea la cuestión de qué tan fácil podría ser robar el ADN de alguien y hacer un bebé sin su conocimiento o consentimiento.
«Están surgiendo algunas posibilidades muy extrañas», dijo a NPR el bioético de Dartmouth, Robert Green. Él se refiere a que se podría hacer bebés a partir de células de niños, personas mayores e incluso personas muertas, con fines insospechados.
«Una mujer podría querer tener el bebé de George Clooney, por ejemplo», agregó Green. «Y su peluquero podría comenzar a vender sus folículos pilosos en línea. De repente podríamos ver muchas, muchas progenies de George Clooney sin su consentimiento».
Sin embargo el punto no es Clooney y ciertamente no es un asunto que debiera preocuparlo. Los huevos artificiales de Saitou son demasiado inmaduros para convertirse en bebés o ser fertilizados; la tecnología está muy lejos de estar desarrollada para el consumidor. El siguiente paso para los investigadores es lograr que los óvulos sean lo suficientemente maduros para ser fertilizados y buscar formas de producir esperma de una manera similar.
Fuente: IFLScience