Un equipo científico dice haber encontrado al ancestro común que uniría a toda la vida en la Tierra, y éste se llama Luca.
Nuestro ancestro más antiguo habría sido un organismo unicelular de tipo bacterial, conocido como Last Universal Common Ancestor, o LUCA. Este organismo podría ayudar a establecer cómo es que comenzó la vida en la Tierra, en su origen más remoto.
El descubrimiento es una potencial contribución para los argumentos que intentan explicar el inicio primigenio de toda forma de vida. Los investigadores discuten so el comienzo de la vida tuvo lugar en cisrcunstancias extremas –como se cree de Luca, que habría nacido en una fumarola de las profundidades marinas– o si fue en condiciones más ordinarias, como un pequeño estanque.
Los científicos a cargo de este estudio, en particular, comenzaron observando a casi 2.000 genes de microbios modernos, explorando los rasgos que se han transmitido desde los inicios de la vida en la Tierra. Esto significa que pudieron examinar las partes que podrían ser rastreadas hasta llegar al ancestro común, y usar sus características para para armar una idea de Luca.
LUCA llegó hace 3,8 mil millones de años, y habría dado origen a dos clases diferentes de células simples: las bacterias y las arqueas. Al darse cuenta de esto, también surgió un problema para los investigadores: el hecho de que los tres dominios de la vida; bacterias, arqueas y eucariotas –como plantas y animales, parecieran no tener todos un origen común.
El hallazgo también permitió a los científicos explorar los 335 genes que parecen haberse originado en Luca, para entender qué es lo que tienen en común. Al parecer, los organismos habrían vivido en fumarolas de la profundidad oceánica, donde columnas de gas y metal habrían hecho erupción desde el agua para interactuar con el magma que venía del suelo marino.
En palabras del autor del estudio, que fue publicado esta semana en la revista científica Nature Microbiology, LUCA era un microorganismo «anaeróbico, de fijación carbónica, dependiente de H2, con una ruta de Wood–Ljungdahl, de fijación de nitrógeno y termofílico».
Las fumarolas marinas profundas siguen siendo un caldo de cultivo para formas de vida extremas y exóticas y por mucho tiempo se han considerado un posible medio para el comienzo de la vida en el planeta. Muchos de los genes que pertenecen a Luca parecen apoyar esta teoría, porque son de la clase que sólo se encuentra en lugares con temperaturas extremadamente altas.
Fuente, The Independent
Trad, CCV, El Ciudadano