«A partir de una muestra de ADN podemos contestar de dónde proviene una persona, a veces incluso de qué distrito es oriundo«, declaró el subdirector del Instituto, Vadim Stepánov, citado por la agencia Interfax.
La técnica que han estado desarrollando los expertos durante los últimos 15 años se basa en que en el genoma humano se podrían detectar áreas que caracterizan la procedencia étnica de una persona.
Los investigadores estudiaron el genoma en distintas localidades de Rusia, Bielorrusia y Ucrania y aprendieron a ‘detectar’ las líneas correspondientes a cada zona. En algunos casos se hace una ‘cartografía’ que muestra las variantes genéticas más típicas de los grupos étnicos locales.
Este avance ya ha ayudado a descubrir dos crímenes cometidos en las regiones rusas de Novosibirsk y Kémerovo. En particular, los científicos de Tomsk ayudaron en 2013 a ‘reducir’ el grupo de sospechosos de pederastia, hasta que fue descubierto el verdadero autor de los crímenes.