Inspirados en los mejillones o ‘choritos’, investigadores de la Universidad Pohang de Ciencia y Tecnología de Corea del Sur (POSTECH) lograron inventar un adhesivo capaz de cerrar heridas rápido y sin causar inflación. No es tóxico para la piel.
Historias de ciencia ficción nos muestran dispositivos increíbles capaces de sanarnos de muchas cosas. Nanotecnología que ingresan a nuestro cuerpo, areosoles, cremas… Todo ésto se encuentran actualmente siendo estudiadas y desarrolladas en diversas partes del mundo.
En Corea del Sur, más precisamente en la Universidad Pohang de Ciencia y Tecnología descubrieron hace un año una proteína adhesiva, que recién en estos días lograron convertirla en un elemento para uso práctico. La misma fue descubierta mientras investigaban ¡mejillones!
Los mismos tienen la increíble capacidad de pegarse a las rocas o cualquier otra superficie dentro o fuera del agua con una fuerza tal que los científicos llevan estudiándolos hace años.
El nuevo adhesivo combina las proteínas del mejillón y la tirosina (aminoácido presente en las alas de algunos insectos). Su mezcla construye un potente adhesivo que se activa mediante la luz. Los investigadores ya lo han probado, y es capaz de cerrar heridas sangrantes en sesenta segundos, tanto internas como externas.
Este nuevo adhesivo no solo ayuda a suturar heridas, lo hace sin producir inflamación como ocurre con los puntos de sutura o las grapas quirúrgicas. Además no tiene ninguna toxicidad.
De pasar las correspondientes pruebas, tal vez en no mucho tiempo lo veamos en hospitales y ambulancias. O tal vez en nueestros baños, bolsos y mochilas.
Visto en Ecoinventos y Postech