Los planificadores del transporte de las ciudades deben focalizarse más en ayudar a los barrios marginales para que puedan tener mejor acceso a servicios esenciales, argumentan los autores de un nuevo estudio estadounidense.
La planificación del transporte urbano se centra más en evitar tacos, mejorar la seguridad y ahorrar tiempo para motoristas. La mayoría de los planes de transporte buscan combinar medioambiente, economía e igualdad social para promover la sustentabilidad.
Pero un nuevo estudio de 18 áreas metropolitanas en EEUU y Canadá, ha encontrado que muchos planes se centran en metas locales medioambientales y en reducir tacos, también se dieron cuenta que fallan en incluir medidas significativas para objetivos de la equidad social.
Difícil de medir
“Muchos de los planes hablan mucho sobre objetivos de igualdad social, pero estas metas no se traducen en objetivos claros y específicos – y no es claro cómo estos objetivos se incorporan en las decisiones,” señaló Kevin Manaugh, profesor asistente del departamento de geografía y medioambiente de la Universidad de McGill.
Parcialmente, esto es debido a la velocidad de tráfico y ciertos efectos medioambientales que son más fáciles de medir qué temas de justicia social, como por ejemplo el acceso a oportunidades de empleo o salud para grupos de bajos ingresos, o equilibrando los intereses de peatones y ciclistas con los de motoristas.
Los planes de transporte cubren la gama de proyectos de infraestructura, incluyendo veredas, autopistas, ciclovías y sistemas de trenes suburbanos.
Algunas ciudades estadounidenses, como Boston, San Francisco, San Diego, y Chicago, han logrado crear indicadores medibles para alcanzar objetivos de equidad social, expresó Manaugh.
Según él, es importante incluir estas consideraciones en el proceso porque: “son decisiones de muy largo plazo. Cuando se construye una autopista, esta ahí por muchas décadas.”
Los investigadores destacaron que se debe incluir las siguientes medidas en la planificación urbana para abordar los objetivos de la igualdad social:
- Cambios en accesibilidad a destinos deseados, particularmente para grupos desaventajados
- Diferencias en duración de viajes, al trabajo y a servicios esenciales, entre autos y el transporte público
- Diferencia entre quintiles de ingreso superiores e inferiores en proporción a los gastos en transporte del hogar
- Diferencia entre usuarios de autos y peatones o ciclistas en accidentes y muertes relacionadas a accidentes de tráfico (por cada viaje)
Estos indicadores son relativamente directos juntos a una combinación de datos de censo, encuestas regionales de viajes, y encuestas a personas que tienen que viajar largas distancias en transporte público para llegar a su actividad diaria (por ejemplo del hogar en una población lejana, al lugar de empleo en el centro de la ciudad). Según los autores, “Un plan con estos indicadores podría llegar lejos en hacer el aspecto de la equidad social menos ‘intangible’ en la planificación del transporte.”
Fuente: Futurity