Hasta ahora se pensaba que los restos más antiguos de Homo sapiens eran los hallados en Etiopía, África, que tenían aproximadamente 200.000 años. Pero ahora se han identificado en Marruecos restos de cráneo, cara y mandíbula, pertenecientes a nuestra especie, que datan de hace unos 315.000 años.
Este descubrimiento replantea el espacio y tiempo de nuestros orígenes, indicando que el Homo sapiens apareció más de 100.000 años antes de lo que se pensaba. El descubrimiento, que fue publicado en dos artículos de la revista Nature, no necesariamente significa que nuestra especie se haya originado en Marruecos. De hecho, el estudio señala que los primeros humanos modernos evolucionaron en todo África, informa agencia Sinc.
«Hasta la fecha se pensaba que probablemente el Homo sapiens se había originado bastante rápido en un ‘jardín del Eden’ del África subsahariana», relata a Nature Jean-Jacques Hublin, coautor de los dos trabajos e investigador del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania.
«Pero ahora diría que ese ‘jardín del Edén’ es todo el continente africano», explica Hublin, que ha estado excavando por dos años en el yacimiento marroquí Jebel Irhoud, donde se hallaron los restos humanos más antiguos.
Luego de un hallazgo previo en los años ’80 –el que quedó sin investigarse en profundidad hasta este siglo– Hublin y su equipo se llevaron una sorpresa, con el descubrimiento de más de 20 nuevos huesos humanos pertenecientes a al menos cinco individuos, entre los que había una mandíbula casi entera y fragmentos de cráneo. Además de los restos óseos, había herramientas de piedra.
Otro equipo, dirigido por los arqueólogos Daniel Richter y Shannon McPherron, también del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, dataron el sitio y todos los restos humanos que tienen entre 280.000 y 350.000 años de antigüedad. Para esto usaron termoluminiscencia sobre los utensilios de piedra y medidas de radiactividad en los sedimentos.
«Tenían una cara con la que te podrías cruzar hoy por la calle», señala Hublin, quien terminó de constatar la naturaleza del descubrimiento con estas mediciones. Aunque los dientes son grandes comparados con los de los humanos actuales, también son más parecidos a los del Homo sapiens que de otras especies. Los autores creen que nuestra especie pudo haber adquirido sus rasgos faciales antes de que cambiara la forma de sus cerebros.
«Lo que pensamos es que antes de 300.000 años hubo una dispersión de nuestra especie, o al menos la versión más primitiva de nuestra especie, en toda África», dice el paleoantropológo. Durante aquel período, el Sáhara era verde y estaba lleno de lagos, ríos y animales que recorrieron la sabana oriental.
Imagen destacada en redes: yacimiento de Jebel Irhoud, Marruecos. (c) Shannon McPherron, MPI EVA Leipzig/CC-BY-SA 2.0, vía Sinc
El Ciudadano