Nuestra fascinación con la idea de los hombres lobo se remonta a milenios atrás, y al parecer en Rusia las personas se tomaban muy en serio la idea de transformarse en lobos.
Hace 4.000 años la idea de la licantropía no existía como la conocemos desde la Edad Media a través el folclor europeo, sino que entonces se trataba de incorporar el instinto asesino de los lobos empapándose de su espíritu y tragándoselo.
Hay una larga historia sobre los niños y hombres que se comían a los perros y los lobos (que incluía la leyenda de transformarse en ellos), como un rito iniciático para convertirse en hombres o guerreros. Esta tradición estaba presente en los griegos, los celtas y los indoeuropeos que habitaban lo que hoy se conoce como Rusia. Aunque estos rituales se conocían por los escritos que dejaron estas culturas, no había evidencia física de ellos. Hasta ahora.
Un equipo de antropólogos que trabajan en un antiguo asentamiento en la estepa rusa, descubrieron los restos de 64 perros y lobos que parecen mostrar evidencias de haber sido sacrificados mediante la ingestión. En un artículo, publicado en Journal of Anthropological Archaeology, los autores teorizan que el hallazgo es prueba de un ritual iniciático del paso de niño a hombre en la Edad del Bronce.
El hallazgo ocurrió en el asentamiento de Krasnosamarskoe, que fue hogar de la cultura Srubnaya hace alrededor de los años 1.900 y 1.700 a.C. Son restos de perros (mayoritariamente) y de lobos que habrían sido fileteados y rostizados; signos inequívocos de ingestión. Los huesos parecen haber sido preparados y manipulados con precisión, por la forma en que fueron cortados, lo que sugiere un significado ritual.
En ese tiempo los perros no se consideraban comida, sino compañía. Los restos revelan que habían sido de perros adultos sanos, lo que sugiere que habrían tenido importancia en la comunidad. La mayoría eran machos, como los que se han mencionado en los registros escritos de estas iniciaciones.
David Anthony y Dorcas Brown, del Hartwick College, sugieren que esta evidencia de ingestión de canes es consistente con los rituales de iniciación de la Era del Bronce, «simbolizados por la transformación en perros o lobos».
Hay argumentos académicos que defienden que las antiguas costumbres que ligaban a los guerreros con animales feroces como los lobos –que tenía como finalidad dar a los hombres la fuerza y el instinto de caza– serían el origen de las posteriores leyendas sobre licantropía, que hasta hoy persisten en el imaginario del cine y la literatura.
El Ciudadano, vía IFLScience