En un volcán submarino al sur de Japón se ha descubierto uno de los domos de lava más grandes del mundo, lo que sugiere que puede existir una enorme acumulación de magma debajo de ella.
La estructura, que parece estar aumentando su tamaño, se formó después de la supererupción de Akahoya, que ocurrió hace 7.300 años, dejando un hueco de casi 20 kilómetros llamado Kikai Caldera.
Se cree que esa erupción destruyó a la antigua cultura Jōmon, que habitaba en la isla japonesa de Kyushu en ese tiempo.
Las supererupciones son eventos raros y devastadores que pueden tener un impacto global, debido a la ceniza volcánica y los productos químicos que oscurecen el Sol y desencadenan lo que se llama «invierno volcánico».
Los investigadores responsables del descubrimiento dijeron que había una pequeña probabilidad de que una supererupción pudiera volver a ocurrir en el lugar. En una explosión como esta se podrían liberar más de 16 kilómetros cúbicos de magma.
Si bien la probabilidad es baja, el daño de una erupción como tal resalta la importancia de entender científicamente sus circunstancias.
«Aunque la probabilidad de una gigantesca erupción de caldera en el archipiélago japonés es del 1 por ciento en los próximos 100 años, se estima que la cifra de muertos podría llegar a aproximadamente 100 millones, en el peor de los casos», dijo a The Mainichi el profesor Yoshiyuki Tatsumi, especialista en magma y jefe del Kobe Ocean-Bottom Exploration Center.
En una serie de exploraciones realizados durante 2017, el Profesor Tatsumi y su equipo estudiaron el fondo de Kikai Caldera. Una caldera es un cráter que se forma cuando un volcán se derrumba después de una gran erupción.
Los investigadores identificaron el domo de lava, que se eleva a 600 metros sobre el fondo marino, sobresaliendo del fondo de la caldera.
El magma es la roca fundida, almacenada debajo de la corteza terrestre. La lava es un magma que ha alcanzado la superficie a través del cráter de un volcán. El análisis de las rocas de la cúpula reveló que el magma se formó al solidificarse la lava, como resultado de una erupción mucho más pequeña que ocurrió después de la supererupción de Akahoya.
Una distorsión en la superficie de la cúpula indica una cámara de crecimiento de magma dentro de ella. Esto no necesariamente significa que la próxima supererupción ocurrirá pronto, pero sí es posible que una cámara de magma en desarrollo desencadene tal erupción, según los científicos.
El profesor Tatsumi está planeando un viaje al sitio en marzo para confirmar los hallazgos, que han sido publicados en la revista Nature: Scientific Reports.
Con robots submarinos, los investigadores van a desentrañar los procesos que dieron origen al volcán y, usando métodos sísmicos y electromagnéticos, van a determinar la existencia de una acumulación considerable de magma.
Con estos datos, los científicos quieren desarrollar un método para predecir futuras supererupciones.
El Ciudadano, vía The Independent