Desde las bacterias que comen plástico hasta una que digiere petróleo, parece que la madre naturaleza nos sigue haciendo favores, aunque no le estemos retribuyendo bien. Ahora un grupo de científicos ha descubierto un musgo capaz de purificar el agua contaminada con arsénico, devolviéndola a su estado seguro para el consumo humano.
El musgo se llama Warnstofia fuitans y es nativo de Suecia. Es en la Universidad de Estocolmo que los investigadores han logrado demostrar su potencial para remover hasta un 82% del arsénico en aguas contaminadas, usando un proceso llamado fitofiltración, basado en una propiedad vegetal de eliminar metales pesados del agua.
«Nuestros experimentos muestran que este musgo tiene una capacidad muy alta de remover arsénico», dice el investigador asistente, Arifin Sandhi, en un comunicado. El proceso no toma más de una hora, tiempo que parece ser suficiente para eliminar arsénico y arseniato y lograr un agua lo bastante segura para no provocar daño a las personas.
El musgo funciona vivo o muerto y el equipo lo describe como una «forma amigable de purificar el agua» cuando está contaminada con este elemento químico. Afirman que también se puede cultivar en arroyos u otras corrientes de agua con diferentes niveles del metaloide, ya sea por contaminación provocada natural o artificialmente.
Suecia tiene una historia de más de 1.000 años de minería y refinerías de metal. Si bien el uso de compuestos de arsénico en los productos de madera fue prohibido en 2004, los investigadores dicen que estos aún llegan a los sistemas de agua y a las fuentes subterráneas. Pero el arsénico también se forma naturalmente en ciertas partes de la tierra y en el lecho de roca de esa región.
Por esto es que el agua para consumo y riego de cultivos tienen altos niveles de arsénico. Las plantas absorben este elemento del suelo, el que eventualmente termina en alimentos como el trigo, los tubérculos y las hortalizas.
Al menos 140 millones de personas en el mundo beben agua contaminada con arsénico, según la Organización Mundial de la Salud. Considerado como un «problema de salud global» en el pasado, el elemento químico puede destruir los glóbulos rojos, causar dolor abdominal o shock, resultando fatal en algunos casos.
El equipo, que publicó su trabajo en Environmental Pollution, está trabajando en desarrollar un «sistema de humedal basado en plantas», que incorpore al musgo Warnstofia fuitans para filtrar el arsénico antes de que el agua se convierta en agua potable o se use para el riego, disminuyendo drásticamente la posibilidad de que esta llegue contaminada a las fuentes alimenticias.
Fuente: IFLScience