Después de pasar 342 días consecutivos a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) desde 2015 hasta 2016, el astronauta Scott Kelly ostenta el récord de la misión espacial más larga protagonizada por un estadounidense. Pero su tiempo con la NASA fue más especial que solo un récord: su propósito era mostrar cómo estar mucho tiempo en órbita afectaría su composición genética en comparación con la de su gemelo idéntico, que se quedó en la Tierra. Ahora, después de múltiples evaluaciones de ambos hermanos, parece Scott y Mark Kelly ya no son genéticamente idénticos, informa Mental Floss.
La NASA anunció los hallazgos más recientes del Twins Study (estudio de gemelos), mientras prepara un documento más amplio, programado para 2018. Al igual que su hermano Scott, Mark también es astronauta, lo que los hizo encajar perfectamente con lo que necesitaba la NASA para estudiar los efectos de vivir en el espacio en el largo plazo.
Mientras Scott enviaba mensajes y reportes, Mark se quedó en la Tierra para servir como sujeto de control. Y ocurrió que las muestras biológicas de ambos, antes, durante y después del vuelo espacial, mostraron algunas diferencias dramáticas. De acuerdo con una investigación conducida por Susan Bailey de la Universidad Estatal de Colorado, los telómeros de Scott (una «tapa» protectora en los extremos de los cromosomas que se acorta a medida que envejecemos) se alargaron en el espacio, sin embargo comenzaron a reducirse a los niveles previos pocos días después de su regreso a la Tierra. Scott fue sometido a ejercicio regular y una dieta restringida a bordo de la EEI, por lo que el nuevo y transitorio estilo de vida puede explicar el repentino aumento de los telómeros en el espacio.
Pero otras diferencias genéticas se estancaron meses después del aterrizaje. «Aunque el 93% de la expresión de genes volvió a la normalidad después del vuelo, un subconjunto de varios cientos de ‘genes espaciales’ seguían alterados después de regresar a la Tierra», según un comunicado de prensa de la NASA. Alrededor del 7% de los genes de Scott han mostrado cambios a largo plazo, incluidos los asociados con la reparación del ADN, la salud inmune, la formación ósea, la hipoxia (una deficiencia de oxígeno en los tejidos) y la hipercapnia (dióxido de carbono excesivo en el torrente sanguíneo).
Los resultados pueden haber sido gatillados por una larga lista de factores, como la radiación, la restricción calórica y la gravedad cero. La NASA planea usar estos hallazgos para desarrollar contramedidas para estos efectos, con la finalidad de controlar estas variables en caso de que la agencia envíe humanos a Marte; un viaje que podría tomar tres veces más tiempo que la misión de Scott Kelly en la EEI.
El Ciudadano, vía Mental Floss