A partir de 2017 empezará la construcción del Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT). Tendrá un espejo de 39 metros de diámetro, será el telescopio óptico e infrarrojo cercano más grande del mundo y estará en el norte de Chile, en el Cerro Armazones, a 130 km al sureste de Antofagasta.
Este miércoles el Director General del Observatorio Europeo Austral (ESO, en inglés), Tim de Zeeuw, el Presidente de Astaldi, Paolo Astaldi, y el Presidente de Cimolai, Luigi Cimolai, firmaron en Alemania el acuerdo para construir la cúpula y la estructura del telescopio. A la ceremonia acudieron representantes científicos y políticos de diversas instituciones internacionales.
El área edificada del complejo astronómico ocupará el espacio equivalente al de un campo de fútbol. Su cúpula tendrá 85 metros de diámetro, será giratoria y alcanzará 5.000 toneladas de peso, junto a otras 3.000 que pertenecerán a la estructura y montura del telescopio. Para dar una noción de sus dimensiones, ESO informa que el edificio completo será más grande que el Coliseo de Roma y de un tamaño igual o mayor a la Sagrada Familia, de Barcelona. “Este proyecto es realmente visionario, tanto en lo que representa para el campo de la astronomía como para la construcción y la ingeniería”, señala Astaldi.
El acuerdo incluye aspectos como diseño, fabricación, transporte, construcción, ensamblaje (en el lugar en que estará emplazado) y verificación de la cúpula y de la estructura del telescopio. El terreno ya se está preparando para dar inicio a los trabajos el próximo año.
“Nos sentimos honrados y agradecidos de que nuestra empresa haya tenido la oportunidad de participar en este avanzado desafío técnico de la astronomía. El European Extremely Large Telescope exigirá un alto grado de calidad en ingeniería y construcción y creo que esto contribuirá sin duda a aumentar aún más nuestra capacidad para desarrollar proyectos de mayor complejidad”, declara Luigi Cimolai.
El contrato firmado el 25 de mayo es el más grande que alguna vez haya concedido ESO y también el mayor para observatorios astronómicos basados en tierra, con una inversión aproximada de 400 millones de euros.
“El E-ELT hará descubrimientos que, simplemente, no podemos imaginar al día de hoy”, explica Tim Zeeuw, director general de ESO. “Será un motor para que personas de todo el mundo piensen en la ciencia, la tecnología y en cuál es nuestro lugar en el universo”.
El área colectora de luz del E-ELT será más grande que el conjunto de todos los telescopios ópticos que existen hasta el momento y su sistema de óptica adaptativa logrará imágenes con una resolución 15 veces mayor a la del telescopio espacial Hubble de la NASA y la ESA, en la misma longitud de onda.
Pronto se firmarán los contratos para la fabricación del espejo secundario del telescopio –que aunque menor al principal, también será colosal en sus dimensiones– completando así otro aspecto de la construcción del E-ELT.
El Ciudadano