Un equipo de científicos estadounidenses está estudiando una serie de manantiales termales en el norte de Chile, con la esperanza de descubrir evidencia de antigua vida en Marte.
Steve Ruff y Jack Farmer, de la Universidad del Estado de Arizona (ASU), encontró impresionantes similitudes entre las aguas del géiser El Tatio, en el desierto de Atacama, y las antiguas aguas termales del cráter Gusev, en el planeta Marte.
Cercano a la meseta Home Plate, en Marte, hay un sitio que fue descubierto por primera vez por el robot explorador Spirit, de la NASA, y que muestra estructuras largas y nodulares, similares a las que se forman en manantiales de agua caliente, a través de procesos biológicos y no biológicos. Estos afloramientos son ricos en sílice, un mineral comúnmente encontrado en géisers y manantiales termales.
Steve Ruff fue uno de los científicos que identificaron el mineral y apoyaron la hipótesis de que antiguamente estas estructuras pudieron ser brotes de agua termal. «Fuimos al Tatio buscando comparaciones con las formas encontradas por Spirit en Home Plate», dice el profesor Ruff. «Nuestros resultados muestran que las condiciones en El Tatio producen depósitos de sílice con las características más similares a las de Marte que se han encontrado en la Tierra».
El grupo de investigadores está estudiando las biofirmas de las aguas termales de Atacama, que también podrían estar presentes en Marte y que podrían ayudar a explicar la historia natural del planeta vecino. Las biofirmas son huellas que indican la presencia de vida actual o pasada.
Los fósiles son las formas más obvias y conocidas de biofirma, pero también hay otras, como las moléculas orgánicas atrapadas en las rocas o las estructuras formadas de microorganismos compactados. Como aún no se han hallado fósiles en Marte, se espera que cualquier evidencia de vida pasada o presente sea de carácter microscópico.
Fuentes: The Independent, ASU
El Ciudadano