Hoy, los matemáticos celebran el Día de Pi, una constante conocida desde hace milenios que sigue siendo la motivación de fascinantes problemas.
La idea de celebrar el día de Pi fue del físico estadounidense Larry Shaw, quien en 1987 tuvo esta idea porque el 14 de marzo en Estados Unidos se escribe 3/14, que coincide con las tres primeras cifras de este número.
Por una resolución de la Cámara de Representantes, en 2009 la celebración fue establecida como fiesta nacional en EEUU.
Cada 14 de marzo algunos grupos de matemáticos y científicos se reúnen para discutir y comentar sobre la importancia de Pi en sus vidas, teorizar e intercambiar anécdotas. El Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT) acostumbra enviar las cartas de aceptación a sus futuros estudiantes, corrdinando el envío de tal forma que san recibidas en esta fecha.
En los países de habla inglesa es frecuente comer tartas con motivos sobre π; un juego verbal entre Pi y pie (torta, pastel o küchen), porque en inglés, ambas palabras tienen exactamente la misma pronunciación (‘pai’).
«Cuando alguien escribe que Pi es igual a 3,14 me lloran los ojos», dice al diario El País Javier Cilleruelo, científico del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT) en Madrid. «Pi es la razón entre el perímetro (o longitud) de una circunferencia y su diámetro, por lo tanto es eterno», explica Cilleruelo. «Pi es un número irracional. No sigue ningún patrón y tiene un número infinito de cifras», recalca.
Este número es una de las constantes matemáticas que más aparece en ecuaciones, y se usa frecuentemente en matemáticas, física e ingeniería. El valor numérico de π, truncado a sus primeras cifras es 3,14159265358979323846…
«La magia de Pi es que aparece en situaciones alucinantes», dice Raúl Ibáñez, director del portal de divulgación científica DivulgaMAT, de la Real Sociedad Matemática Española.
El geólogo de la Universidad de Cambridge, Hans-Henrik Stolum, identificó en 1996 la relación entre el doble de la longitud total de un río y la distancia recta entre su fuente y su desembocadura, cuenta Ibáñez.
«Y la relación era de aproximadamente 3,14», dijo Ibáñez. «Los matemáticos nos dedicamos a jugar con cosas como Pi, y a veces la tecnología avanza gracias a estos juegos», señala Ibáñez.
Ibáñez también recuerda el ejemplo sorprendente relacionado con el número Pi: el problema de probabilidad geométrica de la aguja de Buffon, que fue propuesto por el científico francés Georges-Louis Leclerc en el año 1777 .
El problema consiste en lanzar una aguja sobre un papel en el que se han trazado rectas paralelas que están a diferentes distancias unas de otras. Se puede demostrar que si la distancia entre las rectas es igual a la longitud de la aguja, la probabilidad de que la aguja cruce alguna de las líneas es 2 partido por Pi. No hay ningún círculo en este experimento, pero incluso en esta historia está presente el mágico número Pi, informa Rusia Today.
El Ciudadano