En la lista de problemas de salud relacionados con la falta de sueño, ahora podemos agregar una cintura más ancha. Algunas de las otras consecuencias son envejecimiento celular acelerado, daño a las neuronas y capacidad de memoria reducida.
A esta conclusión llegó una nueva investigación que observó a adultos que no dormían más de seis horas por noche. Estas personas resultaron tener cinturas 3 centímetros más anchas que las que dormían nueve horas, informa Science Alert.
Los científicos de la Universidad de Leeds, en el Reino Unido, piensan que la falta de sueño altera la mezcla química de nuestro metabolismo y la capacidad del cuerpo para mantener un peso saludable. «Nuestros hallazgos apoyan la acumulación de evidencia que muestra una importante contribución del sueño corto a enfermedades metabólicas como la obesidad», informan en un estudio publicado en PLOS One.
El equipo obtuvo datos de 1.615 adultos del Reino Unido, de edades entre 19 y 65, en el marco de la National Diet and Nutrition Survey Rolling Programme. Se pidió a los participantes que registraran sus patrones de sueño e ingesta de alimentos durante cuatro días, y también se registró su peso, presión arterial y circunferencia de la cintura.
Además de una cintura más ancha, los participantes que dormían menos también tenían mayor peso corporal. Cada hora extra de sueño, entre seis y nueve horas, se reflejó en una disminución de 0,46 kg/m2 de Índice de Masa Muscular (IMC) en los adultos encuestados.
Los datos también mostraron un vínculo entre periodos de sueño más cortos y menores niveles de colesterol HDL, el colesterol bueno, que ayuda a eliminar el colesterol dañino del torrente sanguíneo y reducir el riesgo de enfermedad cardíaca.
En general, el estudio aporta más evidencia de los beneficios de dormir siete, ocho o nueve horas en la noche y los investigadores sugieren que la cantidad perfecta de horas está en algún lugar dentro de ese rango, dependiendo de la persona.
La investigación también puede ofrecer una nueva visión de la relación entre el sueño y las enfermedades metabólicas como la diabetes, que según la OMS afecta a más de 422.000.000 de personas en el mundo.
El equipo enfatiza que el estudio no es una mirada de largo plazo a los problemas crónicos del sueño o de si estos conducen a la enfermedad, sino una instantánea de cómo la duración del sueño se relaciona con estas diferentes medidas, que son indicadores de la salud metabólica.
Aunque este estudio está lejos de ser el primero en demostrar que la falta de sueño es uno de los factores de obesidad, lo cierto es que mientras más se conozca sobre las causas de la obesidad -como en este caso, cantidades reducidas de sueño- estaremos mejor capacitados para abordarla.
«El número de personas con obesidad en todo el mundo ha sobrepasado el doble desde 1980», dice Greg Potter, uno de los miembros del equipo investigador, citado en Science Alert. «La obesidad contribuye al desarrollo de muchas enfermedades, sobre todo la diabetes tipo 2. Entender por qué la gente gana peso tiene implicaciones cruciales para la salud pública», concluye.
El Ciudadano