Una inusual locura ha estado surgiendo en las fiestas al rededor del mundo en los últimos dos años. Con el fin de «drogarse» sin romper ninguna ley o arriesgarse con alguna sustancia peligrosa, algunas personas están aspirando chocolate (mejor dicho, cacao).
La moda parece haber nacido en Berlín, donde en vez del alcohol o drogas ilegales, el cacao se ha servido en algunas fiestas, como Lucid. Más recientemente, algunos centros de eventos de Europa y de EEUU han comenzado a ofrecerlo como polvo, pastillas o bebida.
Claro que se podría argumentar que la tendencia empezó mucho antes de que los berlineses se erigieran como la capital mundial del «hipsterismo», porque es bien sabido que el cacao era usado por las civilizaciones precolombinas como los Aztecas y los Mayas.
Considerado un árbol con propiedades divinas, las semillas de cacao se usaban con frecuencia en rituales y ceremonias, con el fin de elevar a los participantes a un estado de éxtasis. En muchos sentidos eso es lo que se está volviendo a hacer ahora.
No se ha establecido con exactitud cuán efectivo es el cacao para provocar una sensación de éxtasis que le de un merecido estatus de estimulante recreativo –comparable con ciertas típicas drogas de fiesta–, pero existen una serie de razones por las cuales esta sustancia sí podría estar funcionando. De partida, contiene endorfinas y un químico llamado tirosina, que estimula la dopamina. Puesto que ambas, endorfinas y dopamina, son neurotransmisores naturales conocidos por inducir sentimientos de placer, no es raro que la gente esté diciendo que aspirar cacao les ayude a levantar el ánimo.
El cacao también es rico en antioxidantes como la epicatequina, que aumenta el flujo sanguíneo al cerebro y a los músculos, dando una patada física y emocional que podría energizar para bailar por más tiempo. Como también se ha demostrado que la epicatequina protege las neuronas y mejora la función cognitiva (ver ‘el chocolate nos hace más inteligentes’), el cacao podría ser una opción más sana que la cocaínas o el MDMA; aunque el cacao tiene menos potencia estimulante que esas dos.
Naturalmente, para que funcione como droga, el cacao debe ser lo más puro posible y no contener ninguna otra sustancia como leche o azúcar. Esto significa que el cacao en bruto es el único que sirve (no vas a sacar nada con ponerte un Trencito de 200 pesos en la nariz, porque vas a terminar sin poder respirar y viéndote ridículo).
Todo esto no debería significar que necesariamente aspirar cacao es algo seguro. No hay evidencia científica que demuestre que sea seguro, o bien peligroso, porque su uso como «droga» es una tendencia muy reciente y no se ha sometido a investigaciones. Pero es bueno recordar que cualquier cosa que se meta por la nariz debe ser tomada con precaución. Al menos, hasta que se tenga claridad científica de cuáles pueden ser sus efectos colaterales.
Por IFLScience
Traducción, El Ciudadano