El cadáver de una estrella moribunda a 400 años luz muestra cómo será el sistema solar cuando el Sol se apague.
En 1995,un telescopio terrestre captó una señal tenue e inestable que procedía de cientos de años luz de distancia. Se había descubierto el primer exoplaneta que orbitaba una estrella similar al sol, lo que demostraba que existen planetas más allá de nuestro sistema solar.
Desde entonces, los astrofísicos han confirmado casi 4.000 exoplanetas que orbitan estrellas de toda la Vía Láctea.
Recientemente, un equipo de investigadores localizaron un cadáver planetario que orbita cerca de una enana blanca, una estrella casi agotada a las puertas de la muerte. Lo que muestra un ejemplo de cómo podría ser el destino de la Tierra cuando el sol empiece a morir.
El equipo, dirigido por Christopher Manser, astrofísico de la Universidad de Warwick, Reino Unido, descubrió el objeto rocoso empleando un método denominado espectroscopia, que consiste en recopilar y analizar las diversas longitudes de ondas de luz que proceden del disco de gas que rodea la enana blanca. Es la primera vez que se utiliza este método para identificar un cuerpo planetario que orbita una enana blanca.
Mediante el Gran Telescopio de Canarias, uno de los observatorios ópticos más grandes del mundo, “los astrónomos han conseguido estudiar la composición de la nube de gas que envuelve a la estrella”, reseña National Geographic.
La roca, que sería el equivalente al esqueleto de un planeta cadáver, orbita tan cerca de su estrella que le da una vuelta aproximadamente cada dos horas. Su temperatura es de unos 1.700 grados y los gases apuntan a que está hecha principalmente de hierro, igual que el núcleo de la Tierra.
El fragmento rocoso “debe ser muy denso” —explicó Boris Gaensicke, investigador de la Universidad de Warwick y coautor del estudio— “por eso proponemos que esté hecha de hierro y níquel”.
“Si fuese de hierro puro podría sobrevivir en la órbita en la que está sin desintegrarse. También es posible que contenga hierro y otros materiales consistentes, lo que supondría que puede ser un fragmento grande del núcleo de un planeta cuyo diámetro original era al menos de cientos de kilómetros, pues ese es el límite a partir del cual estos cuerpos empiezan a generar elementos pesados”, indicó, citado por ABC.
Los planetas desaparecerán
“La razón principal por la que estudiamos estas estrellas es que el Sol terminará siendo una de ellas”, explica Paula Izquierdo, investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias, España.
La científica indicó que «cuando los planetas más cercanos al Sol sean engullidos, las fuerzas de marea (efecto secundario de la gravedad) los acabarán desmembrando. Una vez el Sol vuelva a encoger y se convierta en una enana blanca, quedará en torno a ella una nube de escombros muy similar a la que vemos ahora”, con el descubrimiento del equipo de Manser.
Izquierdo indicó que el objetivo es encontrar y analizar todas las enanas blancas localizadas a unos 130 años luz a la redonda de la Tierra, a través de nuevos instrumentos que se instalarán en varios telescopios terrestres.
«Podremos estudiar mejor estos astros y sus restos planetarios, lo que a su vez nos servirá para entender mejor el final de nuestro propio sistema solar”, afirmó.
Leer también:
https://www.elciudadano.cl/chile/astronomos-de-la-universidad-de-concepcion-logran-la-medida-mas-precisa-del-universo2/03/14/
https://www.elciudadano.cl/ciencia-tecnologia/descubren-dos-nuevos-planetas-sin-estrellas-para-orbitarlos/11/11/