En 2017, los astrónomos descubrieron un cuerpo celeste con características en ese entonces desconocidas que viajaba a través del sistema solar. El hallazgo del ‘Oumuamua, como fue llamado el objeto interestelar (ISO, por sus siglas en inglés), causó desconcierto entre la comunidad académica por su comportamiento inusual, e incluso llevó a algunos científicos a preguntarse si se trataba de una sonda alienígena.
En este contexto, un equipo internacional de investigadores ha esbozado cómo debería ser una probable misión de estudio que pretenda interceptar un objeto interestelar. Para ello, estudiaron las circunstancias que rodearon la aparición y salida del ‘Oumuamua de nuestro sistema solar, examinaron las capacidades y limitaciones de proyectos existentes, como el Interceptor de Cometas de la Agencia Espacial Europea, y elaboraron una lista de condiciones para que la misión sea exitosa.
Según señalan los autores en un artículo publicado en el servidor de preimpresión arXiv, el Observatorio Vera C Rubin Legacy Survey of Space and Time (LSST), en Chile, podrá detectar aproximadamente 15 objetos interestelares similares al ‘Oumuamua en los próximos 10 años.
¿Qué se necesita para estudiar un objeto interestelar?
De acuerdo a los autores, a pesar de que no hay forma de determinar un ángulo «óptimo» de aproximación del ISO al sistema solar, la posición del ‘interceptor interestelar’ es fundamental para el éxito de la misión. Según sus estimaciones, este debería posicionarse idealmente en el punto Lagrange L2 Tierra-Sol, el mismo en el que se sitúa el telescopio James Webb de la NASA, en el que existe un 85 % de posibilidades de que encuentre un objeto de interés.
Asimismo, detallan los expertos, puesto que no son objetos estáticos, el ‘interceptor interestelar’ deberá contar con capacidades de maniobra para darle seguimiento una vez sea detectado. Además, este deberá contar con herramientas de observación sofisticadas que permitan captar imágenes de alta resolución.
Del mismo modo, para determinar la composición del cuerpo celeste que sea objeto de estudio, sería necesario que la sonda esté equipada con un espectrómetro sensible al rango de longitudes de onda de 0,4 a 2,5 µm, lo que le permitiría discriminar entre los materiales naturales y artificiales, así como cualquier desprendimiento de gases producto de las fuerzas que actúan sobre el objeto interestelar.
Los autores concluyen que los objetos con dimensiones de entre un tercio y el tamaño del ‘Oumuamua, con una longitud estimada entre 100 y 1.000 metros, y un grosor y ancho calculado entre los 35 y 167 metros, serán objetivos óptimos para ser interceptados para su estudio.
Fuente RT
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