Un grupo de investigadores de la Universitat de Barcelona (UB) descubrió, en el municipio catalán de Castelldefels, el esqueleto de un rinoceronte de unos 160.000 años de antigüedad. Corresponde al ejemplar de una especie ya extinta: el Stephanorhinus hundsheimensis, que sería similar a los actuales rinocerontes negros africanos.
El hallazgo tuvo lugar precisamente en la llamada cueva del Rinoceronte, un yacimiento donde en 2015 ya se habían encontrado dos esqueletos de esta especie animal.
Los restos incluyen las dos extremidades anteriores del animal, las costillas, parte de la columna vertebral y el cráneo con las dos mandíbulas. Los investigadores suponen que el animal probablemente cayó de manera accidental en la cueva, donde murió al quedar atrapado. Los dientes indicarían que era un ejemplar joven, de unos siete años de edad, ya que todavía presenta parte de la dentición de leche. El esqueleto muestra que estaba adaptado a la carrera y que vivía en espacios abiertos.
Un rico yacimiento para los científicos
La cueva del Rinoceronte es un yacimiento arqueológico que presenta una larga secuencia cronológica, que comprende cientos de miles de años de antigüedad. En la cuenca mediterránea son muy escasos los yacimientos de este período.
En la «cueva del rinoceronte», hay una gran cantidad de restos de fauna en un estado de preservación excelente. En 2012 se descubrió un esqueleto de una cría de elefante y en 2015 dos esqueletos de rinocerontes jóvenes. Al parecer, esta cueva del Garraf funcionó como una trampa natural para muchas especies de fauna, especialmente para los animales más jóvenes e inexpertos que caían dentro. En este yacimiento también se han recuperado varias restos líticos.
Exposición en la ciudad
Los restos se extraerán de la cueva este verano y posteriormente los investigadores las estudiarán. El Ayuntamiento de Castelldefels prevé organizar una exposición en el municipio sobre el yacimiento de la cueva, en la que se puedan ver parte de los esqueletos encontrados en las excavaciones arqueológicas.
Las excavaciones arqueológicas forman parte del proyecto “Los cambios climáticos durante el Pleistoceno superior en la costa central catalana y el impacto en las poblaciones neandertales y en humanos anatómicamente modernos”, que emprende el Grupo de Investigación del Cuaternario (GRQ-SERP) de la Universitat de Barcelona.