En un ensayo clínico, un derivado de la cannabis conocido como cannabidiol (CBD) redujo la frecuencia de convulsiones epilépticas graves en un 39%, en relación a las pruebas sin el uso del compuesto.
El estudio fue publicado en el New England Journal of Medicine e incluyó a personas jóvenes con síndrome de Dravet, una tipo de epilepsia.
«El cannabidiol no debe ser visto como una panacea para la epilepsia, pero para los pacientes con formas especialmente graves que no han respondido a numerosos medicamentos», explica el investigador principal Orrin Devinsky.
El especialista agregó que «obtener estos resultados positivos, proporcionan la esperanza de que pronto podremos tener otra opción de tratamiento».
Sin embargo, Devinsky precisa que aún se necesita más investigación, «pero este nuevo ensayo proporciona más pruebas de las que jamás hemos tenido de la efectividad del cannabidiol como medicamento para la epilepsia resistente al tratamiento».