Muchas personas tienden a creer que hay una gran cantidad de hombres que, sin saberlo, podrían estar criando a hijos de los que realmente no son padres biológicos. La verdad es que esta idea no tiene base científica. Investigadores del Laboratorio de Biodiversidad y Evolución Genómica de la Universidad de Lovaina, en Bélgica, dicen que la cantidad de padres e hijos en esta situación es mucho más baja de lo que se ha creído, con una tasa de entre 1 y 2 por ciento.
El estudio fue publicado en Science Daily y, según sus resultados, los porcentajes para la paternidad fuera de la pareja (EPP en inglés) no han cambiado mucho a lo largo del tiempo, pese a que en el pasado la gente no tenía acceso a los anticonceptivos.
Cuando Maarten Larmuseau y su equipo empezaron a investigar el tema, se sorprendieron de la poca evidencia que encontraron. Hasta el momento, la literatura científica con frecuencia afirmaba que aproximadamente un 10% de los hijos tenía un padre biológico diferente del reconocido.
Pero los datos de la última década de las poblaciones contemporáneas no respaldan la idea, lo que está respaldado por estudios médicos complementarios. “Combinando información genética y genealógica en profundidad, ahora es posible realizar un estudio histórico de las tasas de EPP, y los datos indican que no han cambiado mucho a lo largo del tiempo”, precisa Larmuseau, informa Sinc.
En 2013, Larmuseau y sus colegas publicaron un informe que demostraba los bajos índices de falsa paternidad en la población belga, pero aún no estaba claro si esos porcentajes solamente representaban a los habitantes de ese país, o si podrían extenderse a una población más amplia.
Los investigadores corroboraron que varios estudios recientes también han obtenido resultados similares, con tasas históricas igualmente bajas en países como Sudáfrica, Italia, España y Mali.
“Estas bajas tasas observadas en las poblaciones humanas contemporáneas y pasadas desafían claramente la idea de que las mujeres buscan buenos candidatos fuera de la pareja con el fin de obtener beneficios genéticos para sus hijos», dice Larmuseau.
El Ciudadano