Profesionales de la Universidad de Deakin, Australia realizaron un estudio con más de 1.000 australianos para comprobar el impacto de la música en las relaciones sociales y el bienestar subjetivo. Según la investigación, aquellos que asistieron con frecuencia a conciertos de música son más felices que el resto. La relación se establece por el alto nivel de satisfacción que sentían en su vida al momento de compartir música con varias personas.
Melissa K. Weinberg y Dawn Joseph son los profesionales a cargo del estudio. Ambos, pretendían estudiar «la conexión entre el compromiso de música habitual y el bienestar subjetivo». Éste último determinado como: «compromisos individuales que han dado satisfacción en la vida». Luego de entrevistar a más de 1.000 australianos, consideraron que quienes asistieron a conciertos de música de manera frecuente, tenía un nivel de bienestar subjetivo más alto que aquellos que no.
Por el contrario de la gran cantidad de investigaciones que estudian el impacto de la música en pacientes individuales, ésta investigación revela el impacto multitudinario de la música y en especial en la regulación emocional. Si bien el estudio se trata de una visión general del impacto de la música en la sociedad, también pudo comprobar la satisfacción que nos brinda el hecho de compartirla.