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De acuerdo a un nuevo estudio, todos descendemos de unas criaturas parecidas a las esponjas marinas que vivieron hace 750 millones de años. El hallazgo, según dicen, pondría fin a un debate en la biología evolutiva, sobre los orígenes de los seres humanos y todos los demás animales.
Algunos científicos han afirmado que el «grupo hermano» de los animales no son las esponjas simples, que carecen de características básicas como músculos y sistemas nerviosos, sino un grupo relativamente complejo de criaturas depredadoras llamadas ctenóforos, también llamados «portadores de peines» o «jaleas de peine».
Pero usando técnicas estadísticas de vanguardia, los científicos han deducido que las esponjas fueron el primer linaje en separarse de todos los otros animales. Estos resultados sugieren que nuestros antepasados fueron criaturas simples que se alimentaban filtrando pequeñas partículas del agua
Aunque han transcurrido muchos millones de años desde nuestra división evolutiva, las esponjas han cambiado relativamente poco desde entonces, por lo que sirven como ventana a nuestro pasado más lejano.
«Ahora somos muy diferentes de las esponjas, pero en algún momento en el pasado compartimos un ancestro común», dijo el profesor Davide Pisani, coautor del nuevo artículo e investigador de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido.
Hace apenas unos meses, otro artículo publicado en la revista Nature Ecology and Evolution sugería que en realidad las jaleas de peine eran nuestras «hermanas» evolutivas.
«Hasta ahora cada configuración de datos ha sido del tipo flip-flopping, lo que significa que dependiendo de cómo se analice, se encontrará una solución u otra, por lo que los datos son ambiguos. La pregunta es, si tenemos datos ambiguos, ¿tenemos que aceptar la ignorancia?», pregunta Pisani.
El profesor Pisani y sus colegas analizaron diferentes modelos evolutivos para explicar el efecto flip-flopping (conjunto de datos que admite diferentes historias evolutivas o árboles filogenéticos). Así descubrieron que los mejores modelos favorecían a las esponjas. «El avance de nuestro paper es que en cierto sentido nos negamos a aceptar la ignorancia», dijo Pisani, quien publicó su estudio en la revista Current Biology.
Para este equipo de investigadores su análisis representa la última palabra sobre el tema, pero el profesor Pisani reconoce el rechazo de otros científicos, quienes ya se han manifestado desde la publicación de su trabajo.
El Ciudadano, vía The Independent
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