Cuanto más tiempo pase la gente en las redes sociales, más probabilidades tiene de estar deprimido, de acuerdo a lo señalado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh. El estudio aborda que los sitios de medios sociales podrían estar alimentando la «adicción a Internet» -una condición psiquiátrica vinculado a la depresión- según los investigadores.
Se espera que los resultados del primer estudio a gran escala podrían orientarse para saber qué intervenciones hacer frente a la depresión, que está en camino de convertirse en la principal causa de discapacidad en los países de altos ingresos en 2030.
Lui Yi Lin, de la Universidad de Pittsburgh, dijo: «Puede ser que las personas que ya están deprimidos están recurriendo a los medios de comunicación social para llenar un vacío». Además dijo que la exposición a los medios de comunicación social también puede causar depresión, que a su vez podría ser el combustible más usado por las redes sociales.
Concluyeron que ver representaciones idealizadas de amigos en las redes sociales hace que crezcan los sentimientos de envidia, mientras que pasar más tiempo en las redes sociales puede aumentar el riesgo de exposición a la intimidación cibernética. Asimismo participar en actividades de poco significado en las redes sociales también puede dar una sensación de «pérdida de tiempo» que influye negativamente en el estado de ánimo, según el estudio.
En promedio, los participantes en el estudio -de 19 a 32- utilizan los medios sociales un total de 61 minutos por día y visitaron diversos medios de comunicación social, al menos 30 veces por semana. Identificándose que más e un cuarto de los participantes presentaban indicadores altísimos de la depresión.
Las personas encuestadas que visitaron con mayor frecuencia los medios sociales durante toda la semana tuvieron 2,7 veces más, la probabilidad de depresión en comparación con aquellos que comprobaron menos frecuencia de uso.
Los investigadores esperan que sus hallazgos puedan alentar a los médicos a preguntarse sobre el uso de las redes sociales entre las personas que están deprimidas, y podrían utilizarse como base para las intervenciones de salud pública cuyo destino es mejorar los medios de comunicación social.