El famoso cuadro de Edgard Degas, Retrato de una mujer, de 1876, representa a una mujer voluminosa con vestidos oscuros y un velo (imagen arriba). Casi un siglo y medio después, un equipo de científicos del Sincrotrón Australiano logró comprobar que detrás de esta pintura se oculta otro rostro femenino. Así lo publica su estudio A Hidden Portrait by Edgar Degas en la revista Scientific Reports.
Usando radiación de sincrotrón y una técnica no invasiva, llamada fluorescencia de rayos X (XRF, por su sigla en inglés), los científicos lograron producir una serie de «mapas elementales» que mostraron la imagen invertida del rostro de una joven, pintado 7 años antes, escondido detrás de la mujer del conocido retrato.
El scan sobre la tela de 46 por 38 centímetros reveló que el rostro (imagen abajo) pertenecería a la francesa Emma Dobigny, quien fuera la modelo favorita de Degas.
El estudio ofrece una resolución tan definida, que incluso de pueden ver los trazos de las cerdas del pincel. Éstos sugieren que el artista pintó la mayoría del rostro de la joven con un solo gesto, pero que pasó un tiempo mayor retocando las que originalmente fueran unas orejas puntiagudas, para darles una forma más convencional, informa The Guardian.
Degas pintó el rostro de la modelo con pigmento blando de zinc, azul cobalto y rojo de hematita a base de hierro, con matices para los tonos de la piel. Para sus mejillas y labios usó toques de bermellón de sulfuro de mercurio. Los compuestos de hierro y manganeso alrededor de la cabeza, sugieren que el pintor usó el pigmento marrón oscuro para el pelo, y los mapas del cobre y arsénico indican que los pigmentos verdes de arseniato de cobre sirvieron para pintar un tocado o un adorno similar.
“La noche que logramos obtener la imagen,hice una búsqueda por todo el catálogo de la obra de Degasy encontré muchos ejemplos de la mujer ocultade la pintura que escaneamos. No puedo decir con toda certeza que es Emma Dobigny, pero es muy probable que lo sea”, dice Daryl Howard del sincrotrón australiano en Victoria. “Cuando vi el scan por primera vez, estaba en la luna… Me pareció que ese era uno de los momentos más emocionantes de mi carrera científica».
El Ciudadano