El uso de marihuana podría ayudar a personas alcohólicas y a adictos a los opioides a superar sus dependencias. Así lo sugiere un nuevo estudio de la Universidad de British Columbia, en Canadá.
«La investigación sugiere que las personas podrían usar cannabis como salida para reducir el uso de sustancias que son potencialmente más dañinas, como la medicación con opioides», dice el principal conductor del estudio, Zach Walsh, profesor asociado de psicología en la UBC.
El estudio es una completa revisión de investigaciones sobre cannabis para uso terapéutico y en relación con la salud mental. El trabajo también encontró evidencia de que la marihuana podría ayudar con algunos síntomas de la depresión, el trastorno por estrés post traumático (TEPT) y la ansiedad social. Sin embargo, el estudio concluyó que la cannabis podría no ser muy recomendada para el trastorno bipolar y la psicosis.
Como explica Walsh, «al revisar la evidencia moderada del uso de la cannabis medicinal, parece haber algunos puntos válidos» cuando se trata de esta sustancia como una herramienta medicinal para el dolor y la salud mental.
El equipo revisó una serie de investigaciones sobre la marihuana medicinal y también recreativa, constituyéndose en uno de los estudios más completos en el tema hasta la fecha.
Con la legalización de la marihuana, que en Canadá será posiblemente el año que viene, los autores refieren la importancia de identificar formas de ayudar a los profesionales de la salud mental para que se alejen del estigma y comprendan mejor los riesgos y beneficios del cannabis.
«Actualmente no hay una guía muy clara sobre cómo los profesionales de la salud mental pueden trabajar mejor con personas que usan cannabis con fines medicinales», dice Wash. «Con el fin de la prohibición, ya no será una opción decirles a las personas que simplemente dejen de usarla, por lo que será una necesidad saber cómo considerar a la cannabis en la ecuación de los tratamientos», agrega el especialista.
El estudio contó con el trabajo de profesionales de la UBC y la colaboración de profesionales del centro Nacional de TEPT y el Centro de Innovación e Implementación de California, y está publicado en la revista Clinical Psychology Review.
Fuente, Science Daily
El Ciudadano