Además de los riesgos conocidos (cáncer, enfermedad cardíaca, pérdida del olfato), al parecer fumar tabaco también se relaciona con la pérdida de la capacidad auditiva.
Investigadores japoneses hicieron un seguimiento a 50.195 personas por un período de 8 años, en que se observó que los fumadores se exponían a un riesgo hasta 70% mayor de perder la audición, en comparación con quienes no fumaban.
Dado el gran tamaño de la muestra y la duración del estudio, así como el aislamiento adecuado de factores separados, como la masa corporal y la diabetes, esta es la investigación más exhaustiva que haya detectado un nexo entre el tabaquismo y el riesgo de pérdida auditiva, como dicen los autores, quienes publicaron un artículo en Nicotine & Tobacco Research.
«Mientras más uno fuma, más alto es el riesgo de perder la audición», dice a Reuters uno de los investigadores, Huanhuan Hu, del Centro Nacional de salud Global y Medicina en Japón.
«Dejar de fumar virtualmente elimina el riego adicional, incluso entre las personas que dejan de fumar por un tiempo, porque el riesgo de perder el oído aumenta con la cantidad de cigarrillos fumados al día. Si [a alguien se le hace] imposible dejarlo, debería disminuirlo al mínimo posible», agrega Hu.
Los datos para el estudio fueron sacados de las revisiones anuales de salud que se realizan en Japón, en los que se estudió la pérdida auditiva de alta frecuencia y de baja frecuencia.
Las persona que fumaban hasta 10 cigarrillos al día eran 40% más propensos al riesgo de pérdida auditiva de alta frecuencia y 10% más propensos al de baja frecuencia.
Cuando los cigarrillos aumentaban a 11 a 20 diarios, esos porcentajes se disparaban al 60% y al 20% respectivamente. El riesgo fue directamente proporcional a la cantidad de cigarrillos fumados al día.
Los investigadores dicen que estas estadísticas «sugieren que fumar puede ser un factor causal de pérdida auditiva», aunque no han podido probar cómo se da esa causalidad. Estudios futuros podrían ayudar a comprender las causas precisas.
La relación ya había sido propuesta antes, pero la evidencia general no ha sido concluyente. Pero despejando variables, los resultados muestran una fuerte conexión, especialmente al observar que el riesgo aumenta con la cantidad de cigarrillos consumidos al día.
Los investigadores estiman que una de las causas podría ser que las toxinas en el cigarrillo dañen el oído interno. Otra explicación podría estar relacionada con la manera en que la nicotina y el dióxido de carbono reducen el oxígeno en la sangre, impidiendo la correcta función auditiva.
«Con una muestra de gran tamaño, un período largo y una evaluación objetiva de los efectos en el oído, nuestro estudio provee fuerte evidencia de que fumar es un factor de riesgo independiente de pérdida auditiva», dice Hu.
El Ciudadano, vía Science Alert