Juno, la sonda de la NASA que orbita Júpiter desde 2016, descubrió una nueva tormenta el pasado 3 de noviembre durante un sobrevuelo a 3500 kilómetros sobre la atmósfera del planeta. La tormenta, que se encontraba oculta debajo de la capa superior de nubes, se une a una familia de seis ciclones presentes en el polo sur del planeta gigante.
Con la ayuda de JIRAM, una cámara que se encuentra a bordo de Juno capaz de captar desde la atmósfera la luz infrarroja que emite Júpiter, los científicos rastrearon los movimientos de los gases bajo de la superficie del planeta y detectaron este nuevo hallazgo, pasando la familia de ciclones “de un pentágono de ciclones que rodea a uno en el centro a un arreglo hexagonal” No hay una figura así de ciclones en ninguna otra parte del sistema solar.
Esta nueva tormenta es la de menor tamaño en comparación con sus seis hermanos ciclónicos. Su superficie equivale, aproximadamente, a la del estado estadounidense de Texas, mientras que el resto tiene un tamaño aproximado al de Estados Unidos.
“Estos ciclones son fenómenos climáticos nuevos que no se han visto ni predicho antes, la naturaleza está revelando una nueva física con respecto a los movimientos de fluidos y cómo funcionan las atmósferas de los planetas gigantes”, explicó recientemente Cheng Li, científico de la Universidad de California (EE.UU.).
Por medio de observaciones y simulaciones por computadora estamos comenzando a comprender estos fenómenos, lo que permitirá comprender mejor cómo evolucionan los ciclones a través el tiempo, expresó Li.
Para poder captar las imágenes, el equipo de Juno tuvo que evitar un eclipse potencialmente fatal para la misión, manteniendo la nave a salvo y alimentada de energía solar durante el fenómeno, mientras se desataban las increíbles tormentas.
Cortesía de HispanTV y Sputnik
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