Hallazgo en Argentina revela presencia humana hace 21 mil años, desafiando teorías actuales

El hallazgo se configura como la primera evidencia de interacción temprana entre los primeros habitantes y la megafauna que habitó la tierras de América del Sur.

Hallazgo en Argentina revela presencia humana hace 21 mil años, desafiando teorías actuales

Autor: Leonardo Buitrago

El descubrimiento de marcas de cortes en fósiles de un gliptodonte en Argentina proporciona evidencia de que los humanos habrían llegado a América del Sur mucho antes de lo que se pensaba, específicamente hace 21 mil años.

Un equipo de investigadores del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata, encontraron a orillas del río Reconquista, cerca del Dique Roggero, en el límite entre las ciudades bonaerenses de Merlo y Moren, restos fosilizados de un Neoesclerocalyptus sp., un gliptodonte perteneciente al grupo de mamíferos acorazados.

Los científicos determinaron que fue carneado y consumido por un grupo de seres humanos, hace 21 mil años, aproximadamente, lo que desafía las teorías que afirman que la presencia humana más antigua del continente data de 16 mil años atrás.

Hallazgo desafía las teorías actuales

La fecha de la primera entrada de los humanos y posterior dispersión en el continente americano ha causado división entre los científicos. Unos apoyan la teoría del poblamiento tardío, que considera que el ingreso fue hace unos 13 mil o 16 mil años.

Sin embargo, cada vez más los arqueólogos y paleoantropólogos se suman la teoría del poblamiento temprano, que planeta que las primeras oleadas migratorias en América habrían tenido lugar mucho antes, hace unos 30 mil o 25 mil años.

Ambas teorías difieren especialmente en las rutas que pudieron haber tomado las poblaciones pioneras. Mientras que una defiende que habrían bordeado la costa del Pacífico, la otra sugiere que atravesaron los glaciares de Norteamérica, para después esparcirse por Sudamérica.

Evidencia más antigua de habitantes en el continente americano

Sin embargo, el hallazgo de Argentina se configura como la primera evidencia de interacción temprana entre los primeros habitantes y la megafauna que habitó las tierras de la parte sur del continente.

Creemos que fue el trabajo de más de una persona», indicó el antropólogo argentino Mariano Del Papa, investigador en la Universidad Nacional de La Plata, quien junto a su equipo publicó los resultados den la revista científica PLOS One.

“Es la evidencia más antigua de habitantes de esta región. Probablemente fueron exploradores, poblaciones pequeñas que recorrieron la zona antes de su asentamiento definitivo. Quizás estas personas vieron al animal en problemas y aprovecharon la situación para descuartizarlo y aprovechar su carne”, destacó.

Los investigadores señalaron que les tomó ocho años de arduo trabajo para llegar a estas conclusiones. Sabían que sus hipótesis desafiaban los modelos predominantes que afirman que los primeros seres humanos habrían ingresado al continente americano hace entre unos 13 y 16 mil años, tras haber cruzado el Estrecho de Bering, que por entonces conectaba Siberia con Norteamérica a través de un puente de tierra hoy sumergido.

“Estos hallazgos narran una historia completamente distinta”, reslató el paleoantropólogo colombiano Miguel Delgado, de la Universidad Nacional de La Plata.

“Nos permiten ver que el poblamiento inicial fue mucho más temprano. Nuestro trabajo aporta un granito de arena a esta apasionante discusión sobre el primer ingreso de humanos a América, en especial a Sudamérica y específicamente al Cono Sur. Implica revisar los modelos existentes para la región”, dijo citado por la Agencia Sinc.

¿Qué reveló el hallazgo de Argentina?

Según los investigadores, las 32 marcas encontradas el esqueleto incompleto del gliptodonte perteneciente al género Neoesclerocalyptus, permiten visualizar que los humanos habrían ingresado al continente mucho antes de lo que se pensaba.

En primer lugar, se dedicaron a determinar la naturaleza de los cortes realizados en partes de la pelvis, la cola y la armadura corporal de un animal que medía 1,40 metros de largo, unos 80 cm de alto y pesaba aproximadamente 300 kg.

“Demostramos por medio de análisis morfométricos que las marcas no fueron hechas por el pisoteo de otros animales, ni por roedores o por el la acción carroñera de especies carnívoras”, indicó Delgado.

Dichos cortes revelaron un patrón de distribución particular, como los observados típicamente en los huesos de animales consumidos por cazadores-recolectores en la antigüedad.

“Las modificaciones en los huesos que encontramos solamente pudieron haber sido realizadas por acción humana y en un hueso fresco (…) “Las marcas fueron hechas con instrumentos líticos. Observamos un patrón de corte, marcas secuenciales”, señaló Del Papa.

Para comprobar la edad de los fósiles encontrados en Argentina, el equipo de científicos envió las muestras a Francia.

“Las fechamos por carbono 14”, explicó el biólogo argentino Nicolás Rascovan, director de la Unidad de Paleogenómica microbiana del Instituto Pasteur de París.

“Lo que se hace es extraer la proteína del colágeno de los huesos y se estima la cantidad de isótopos de carbono 14 que hay. Con eso pudimos estimar la fecha de las muestras. En este caso, como se había conservado algo de colágeno, dio que tenía entre 21090 y 20811 años. Los resultados fueron verdaderamente sorprendentes”, destacó.

Ante este escenario, el hallazgo no le limita a mostrar evidencias sobre la antigua interacción entre los humanos y la megafauna local en América del Sur, sino que va más allá y ofrece pruebas sobre la fecha en la que se registró por primera vez presencia humana en el continente.

“Es un trabajo que cambia la perspectiva de lo que se piensa sobre el poblamiento americano, en especial en el cono sur. Empuja la fecha bastante más atrás de los 16 mil años que estaban en discusión. Invita a pensar quiénes podrían haber sido esas poblaciones humanas”, aseguró Rascovan.

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