Un grupo de investigadores descubrió que las personas con altos niveles de actividad en una región cerebral llamada ‘giro frontal medio’ derecho (r-MFG), son particularmente propensas a responder a los placebos, cuando usan tratamientos para el dolor crónico. Los científicos publicaron su trabajo en la revista PLOS Biology, donde dicen que su hallazgo podría permitir a los clínicos predecir si es que a los pacientes les ayuda más recibir ayuda mediante píldoras dulces (no medicadas), que con las drogas convencionales, con el fin de personalizar los programas de tratamientos.
El efecto placebo es un fenómeno poco comprendido que indica lo peculiar que es el cerebro humano. Mientras algunos estudios muestran una y otra vez que las personas con frecuencia experimentan beneficios y mejoras al recibir falsa medicación, no se conocen las causas que hay detrás de este mecanismo psicosomático.
En in intento por entender cómo el cerebro regula el efecto placebo, los investigadores usaron imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf) para escanear los cerebros de los pacientes bajo tratamiento para el dolor crónico de la rodilla provocado por la osteoartritis, antes antes de administrarles una ronda de medicamentos placebo durante dos semanas.
La mitad de estos pacientes afirmaron que habían experimentado una reducción considerable de su dolor en los que duró las prueba, mientras la otra mitad no lo hizo. Esto permitió a los investigadores dividir el grupo entre quienes responden al placebo y quienes no.
Examinando el IRM tomado al principio de la prueba, los autores vieron que todos los que respondieron al placebo tenían mayor conectividad en su ‘giro frontal medio’ derecho (r-MFG) que los que no respondieron, lo que podría ser una buena forma de predecir cómo reaccionaría una persona a un tratamiento placebo.
En un segundo experimento, los investigadores trabajaron con un grupo de pacientes que se sometieron previamente a un escáner de cerebro. Ellos recibieron placebos, o bien un medicamento llamado duloxetina, y se les dijo que debían tomarlos por tres meses.
Al final de las pruebas, sólo mirando los niveles de conectividad en sus r-MFG, los autores del estudio pudieron predecir en un 95% qué pacientes responderían con éxito a los placebos. También descubrieron que observando otra área cerebral se podía predecir cómo responderían los pacientes a la duloxetina.
Fuente, IFLS
El Ciudadano