Cuando una madre chimpancé está a punto de tener un bebé, tiende a alejarse de su grupo por un tiempo, en un lugar seguro y secreto para dar a luz.
Después de presenciar el evento desgarrador en que un chimpancé macho arrebató a una cría recién nacida y la canibalizó, los investigadores creen que las madres chimpancés podrían estar escondiéndose para evitar que sus recién nacidos mueran de esta manera, informa Science Alert.
Los investigadores Hitonaru Nishie y Michio Nakamura, de la Universidad de Kioto, Japón, informaron hace poco sobre el primer caso observado en que un bebé chimpancé es raptado y comido por un adulto del mismo grupo.
Si bien esto suena horripilante, los detalles del caso han ayudado a los científicos a comprender las conductas parentales y la competencia sexual de los chimpancés salvajes. El estudio fue publicado en el American Journal of Physical Anthropology.
Es extremadamente raro que los científicos vean a una madre chimpancé salvaje dando a luz, y los primatólogos saben que que las hembras en trabajo de parto tienden a aislarse de su grupo.
El equipo se sorprendió cuando una lluviosa mañana, en diciembre de 2014, una de las mujeres del grupo a la que habían estado observando, de repente dio a luz entre un grupo de otros 20 chimpancés.
La hembra, a quien llamaron Devota, había formado parte de este grupo durante dos años, pero los científicos ni siquiera habían notado señales de que estuviera preñada y no vieron ninguno de los signos reveladores de que estaba a punto de dar a luz.
Desafortunadamente, la situación cambió rápidamente de la sorpresa al impacto, ya que un macho dominante, llamado Darwin, inmediatamente arrebató al recién nacido del suelo y huyó antes de que Devota pudiera siquiera tocarlo.
«Todo el incidente ocurrió muy rápidamente, por lo tanto no pudimos confirmar si se había producido un parto vivo o un parto muerto o incluso el sexo del bebé», escriben los autores del estudio.
A partir de ahí el hecho solo empeoró. Media hora después, Darwin emergió de entre los arbustos sosteniendo al bebé. Trabajando en condiciones lluviosas y mal iluminadas, Nishie logró tomar algunas fotos antes de que el macho se apresurara de nuevo. Unos 15 minutos después, cuando los investigadores lo ubicaron en un árbol cercano, el macho ya había comenzado a comer el cuerpo del bebé, comenzando por las piernas.
Durante la siguiente hora el equipo vio a algunos otros chimpancés recogiendo y comiendo pedazos que habían caído al suelo debajo del árbol, y pronto Darwin terminó su escalofriante cena.
«El 3 de diciembre, al día siguiente, localizamos a Darwin a las 11:30 a.m. y lo seguimos durante todo el día. Como Darwin tenía diarrea severa, no pudimos localizar ningún hueso o pelos del bebé en sus heces», escriben los investigadores. Al parecer, la cría de su propia especie no le había caído bien al estómago.
El equipo presenció estos eventos mientras estudiaba a un gran grupo de chimpancés que vivía en las montañas de Mahale, cerca del lago Tanganica, en Tanzania. Etiquetado como el «grupo M», este clan de chimpancés ha sido estudiado repetidas veces y por diferentes investigadores desde 1968.
No es un hecho alegre el que los primates machos de muchas especies maten fácilmente a lactantes que no están emparentados, pero esta conducta es frecuente y se debe a la competencia que impera en estas especies: matar a un bebé que no es suyo significa que la hembra estará lista antes para otro intento de apareamiento, aumentando las posibilidades de que el macho engendre descendencia con ella.
Pero aunque el canibalismo de infantes en chimpancés se ha documentado antes, esta es la primera vez que los científicos han visto a un bebé arrebatado inmediatamente después del parto.
«Argumentamos que la poca frecuencia de observaciones similares a este caso, se debe en gran parte a la rara oportunidad de presenciar un parto entre los chimpancés salvajes», escribe el equipo.
Como hipótesis, plantean que este caso muestra por qué las madres chimpancés van a parir en secreto; están protegiendo a sus recién nacidos de muertes que podrían ser mucho más comunes de lo que sabemos.
¿Por qué Devota dio a luz tan repentinamente? El equipo especula que, como madre primeriza, todavía no había aprendido la estrategia de alejarse, o tal vez el padre del infante estaba realmente cerca, por lo que no percibió el peligro.
Para no quedarse solo con el trauma de esta historia, el año pasado, Nakamura y su equipo también observaron, dentro el mismo ‘grupo M’, a algunos ejemplares que cuidaba de un chimpancé discapacitado.
El Ciudadano