Nuestros antiguos antepasados humanos no se habrían separado del chimpancé en las praderas de África oriental, sino en Europa. Así lo sugieren unos investigadores que están trabajando con fósiles de una antigua especie de mono descubierta en Grecia y Bulgaria. Los científicos hallaron evidencia de que ambos linajes ya habían divergido en el momento en que estaba vivo en el Mediterráneo, retrasando los tiempos en que hemos situado estos cambios tradicionalmente.
Esto se basa en dos fósiles –de dientes y mandíbulas– de un arcaico mono conocido como Graecopithecus freybergi, hallados en los Balcanes. Los investigadores piensan que la forma de los dientes indica que los chimpancés y los humanos ya se habían separado en Europa hace unos 7,2 millones de años.
«Mientras que los grandes monos típicamente tienen dos o tres raíces separadas y divergentes, las raíces de Graecopithecus convergen y están parcialmente fusionadas –un rasgo que es característico de los humanos modernos, los primeros humanos y varios prehumanos, incluyendo al Ardipithecus y Australopithecus», explicó la profesora Madelaine Böhme , Quien dirigió la investigación publicada en PLOS ONE. La investigadora sugiere que esto demuestra que nuestro linaje ya se había alejado del de los chimpancés, cientos de miles de años antes de lo que pensamos, y además en Europa en lugar de África.
La historia de nuestra especie es complicada y no se ha logrado un consenso definitivo. Se cree que hay alrededor de 23 especies de simios vivos hoy en día, repartidos por África Central y el Sudeste Asiático. Mientras que las antiguas especies de simios han sido descubiertas en otras partes del Viejo Mundo, la historia de chimpancés y humanos está firmemente arraigada en África.
Este estudio cuestiona los detalles de esta narrativa y propone que esta divergencia, en lugar de haber ocurrido en las praderas de África oriental, pudo tener lugar en el Mediterráneo. Esto significaría que el último antepasado común entre los humanos y los chimpancés vivía en los Balcanes, antes de bifurcarse, y que ambas especies encontraron su camino de regreso a África Central y Oriental.
Es probable que la propuesta resulte polémica, porque al menos viene a complicar las cosas. Tradicionalmente se ha pensado que los seres humanos y los chimpancés se separaron a medida que se desarrollaron las praderas de África Oriental, cuando una nueva especie de pre-humano evolucionó con el paisaje, dando origen a los humanos.
En un siguiente artículo, también publicado en PLOS ONE, los investigadores explican que este proceso pudo haber sido prácticamente el mismo, pero que habría ocurrido realmente en Europa del Este, en una sabana recién formada, donde merodeaba el Graecopithecus.
Por IFLScience
El Ciudadano