No solo es el planeta más grande en el Sistema Solar; ahora hay evidencia que muestra que probablemente también sea el más viejo.
Científicos de la Universidad de Munster, en Alemania, analizaron las edades de los meteoritos de hierro y descubrieron que algunos procedían de dos «depósitos» de 1 millón y 3 a 4 millones de años respectivamente, después del inicio de la formación del Sistema Solar (hace 4.600 millones de años). Júpiter parece ser la causa de esa diferencia, lo que implica que sería más antiguo de lo que se pensaba.
«El mecanismo más plausible para esta eficiente separación es la formación de Júpiter», dijo Thomas Kruijer, autor principal del artículo. Júpiter habría creado una brecha en el disco de polvo y gas que rodeaba a un joven Sol, lo que habría impedido que los materiales de estos dos depósitos se mezclasen.
Para que se formara ese espacio, Júpiter tuvo que haber alcanzado cierto tamaño, con un núcleo que, según los investigadores, habría sido 20 veces la masa de la Tierra (hoy es 318 veces). Esto habría sido 1 millón de años después del inicio del Sistema Solar. Luego, para que se formara el resto de los gigantes gaseosos pasarían otros 10 millones de años, y para los planetas rocosos, hasta 100.
«Júpiter es el planeta más antiguo del Sistema Solar y su núcleo sólido se formó mucho antes de que la nebulosa solar se disipara; [esto es] consistente con el modelo de acreción del núcleo de la formación de un planeta gigante», dijo Kruijer.
Este hallazgo se logró observando los isótopos de tungsteno y molibdeno en los meteoritos de hierro que habían caído a la Tierra. Se estudiaron 19 en total, procedentes de pequeños asteroides que se formaron más o menos al mismo tiempo que Júpiter.
Los núcleos de los gigantes gaseosos, como Júpiter, debieron haberse formado antes de que se disiparan el gas y el polvo alrededor de nuestro Sol. Ellos recolectaron esto en núcleos que fueron creciendo, formando los gigantes de gas que conocemos hoy. Este proceso habría terminado al desaparecer la nebulosa, entre 1 y 10 millones de años atrás.
Este estudio pone a Júpiter al inicio del desarrollo del Sistema Solar, pero no está claro si los otros gigantes de gas también se formaron relativamente temprano. Si Júpiter tuvo un papel importante en la formación de nuestro Sistema Solar –posiblemente extendiéndose y expulsando a algún otro planeta (hipótesis del Grand Tack)– esto pudo tener influencia en los sucesos posteriores.
Por ahora, Júpiter aparece a la vanguardia de este proceso. Con la nave espacial Juno de la NASA, que en estos días está en órbita, los científicos esperan descubrir más detalles sobre su núcleo y sus orígenes.
Nota original en IFLScience
El Ciudadano