«La Bestia», uno de los vehículos más reconocidos a nivel mundial, ya que transporta a los presidentes de Estados Unidos desde hace algunos años. Actualmente, está al servicio de Joe Biden.
«La Bestia» viajó junto a Biden en su reciente visita a la Ciudad de México para la Cumbre de Líderes de América del Norte. Durante su andar, el vehículo es todo un espectáculo. Incluso, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ya tuvo la oportunidad de viajar en ella durante el primer encuentro que sostuvo con su homólogo.
Este vehículo es uno de los más seguros del mundo, capaz de resistir ataques químicos e incluso misiles. Su nombre original es Cadillac One y se creó para el entonces presidente Barak Obama en 2009. Posteriormente, en 2028, estrenó su segunda generación para Donald Trump, la misma que hoy utiliza Joe Biden.
El modelo lo desarrolló la firma de lujo de General Motors. Se fabricó gracias a un contrato de 15.8 millones de dólares entre la administración federal estadounidense y la compañía automotriz, la cual tiene un largo historial en ofrecer vehículos presidenciales.
La limosina tiene un peso de nueve toneladas, en gran parte consecuencia de su alto nivel de blindaje capaz de soportar un misil Stinger. Su chasis es de acero, aluminio y titanio, elementos resistentes ante diferentes tipos de condiciones.
«La Bestia» tiene un longitud de 5.5 metros y una altura de 1.8 metros. Asimismo, todas las manijas del modelo están electrificadas mientras el auto está cerrado y pueden provocar una descarga de 120 voltios. Tiene también un sistema de visión nocturno, provisión de oxígeno en caso de que se requiera, botiquín y, según se comenta, con una reserva de sangre del tipo del presidente.
Se cree que también está cargada con armas como cañones de gas lacrimógeno. En el interior, es posible que haya escopetas de acción de bombeo, así como granadas propulsadas por cohetes.
Al ser una limosina de casi 10 toneladas, el poder de su motor tiene que estar a la altura. Por ello, en «La Bestia» vamos a encontrar un motor 6.5 litros de ocho cilindros turbodiésel con 300 caballos de fuerza (HP).
No cualquiera puede conducirla, pues al mando siempre se encuentra un agente del Servicio Secreto con entrenamiento en maniobras de evasión.
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