El internet como lo conocemos aún no existía cuando Richard Dawkins acuñó el término meme para referirse a la propagación de una idea: en 1976, este biólogo evolutivo se refería a la “viralización” del sentido y a cómo ciertos sentidos se reproducen en lugar de otros. Esto aplica lo mismo para la Perestroika que para la melodía de “Feliz cumpleaños”.
Pero en nuestros días, los memes son parte inseparable de las redes sociales, y su producción y diseminación han fascinado a científicos como Michele Coscia, de la Universidad de Harvard. Su investigación al respecto sugiere una explicación de por qué un meme se vuelve viral en cierto momento (aunque es incapaz de explicar su aparición o su relación con otros memes).
Coscia analizó 178 mil 801 variantes de 499 memes incluidos en Quickmeme, uno de los repositorios meméticos más grandes. A partir de ese análisis propuso un árbol de decisiones para determinar qué memes eran “exitosos”; para fines del estudio, el éxito se define como una calificación alta en Memebase (una suerte de Rotten Tomatoes para memes). Aunque esta medida de éxito es arbitraria, sirve para ilustrar un fenómeno interesante: los memes más exitosos no son los que sobrepasan la proporción total de los memes catalogados como tales (35.47%), sino los que se comparten de manera consistente a través del tiempo.
En otras palabras, un buen meme no es un “one hit wonder”, sino un formato que permanece en constante evolución y relación con otros memes a lo largo del tiempo.
La piscina de atención y la industria del aburrimiento
Todo contenido en internet compite por la atención de los usuarios, la cual, por definición, es limitada. Según el estudio de Coscia, los memes más “competitivos” (esto es, aquellos cuyo auge de popularidad está correlacionado con la caída en el olvido de otros) son los más exitosos a lo largo del tiempo.
Esta tendencia estadística es consistente con la metáfora viral de la reproducción memética y con la manera en que los organismos se reproducen en la naturaleza. Sin embargo, al igual que con la vida en la Tierra, ni Coscia ni nadie más se ha atrevido a plantear una hipótesis definitiva acerca de cómo y por qué un meme es exitoso.
Es posible predecir cómo se comportará un meme o si será viral y por cuánto tiempo, pero no es posible definir lo que los vuelve exitosos en primer lugar: son una mezcla de buen timing, de Zeitgeist, de humor, de chistes locales, de referencias culturales entremezcladas, de posturas sociopolíticas complejas, de ingenuidad memética, en fin, son piezas de una complicada y sutil relojería que puebla nuestro entorno web: un arte, más que una ciencia.
O una canción épica: