La conmovedora historia de Marieme y Ndeye, las siamesas de Senegal

“Tienes el desafío de tu vida, y tienes que estar listo para ello", le dijo el ginecólogo al angustiado padre

La conmovedora historia de Marieme y Ndeye, las siamesas de Senegal

Autor: Egleiny Santaella

En Senegal, hace dos años y ochos meses, nacieron unas siameses  quienes sus padres las llamaron  Marieme y Ndeye.

 Ibrahima Ndiaye, padre de las niñas, relató su historia de cómo cambió su vida para siempre al llegar al mundo sus adoradas hijas.

Este director de proyectos trabajaba organizando vacaciones y eventos en la región para turistas franceses y británicos. En su primer matrimonio tuvo dos hijas adolescentes y en 2015, su segunda mujer quedó embarazada”.

Durante los chequeos rutinarios del embarazo, en las ecografías nunca detectaron gemelas.

La labor de parto de su esposa, fue a través de una cesárea por precaución, debido a que su vientre estaba muy grande.

Sin embargo,  Lamine Cissé, doctor especialista en obstetricia y ginecología de confianza de Ndiaye, se le acercó tras haber concluido todo el trabajo de alumbramiento para informarle que su espeosa había dado a luz a gemelas.

Ndiaye se llenó de alegría, pero no estaba preparado para recibir la noticia completa, sobre la  condición con la que habían nacido sus dos hijas.

En ese momento el Doctor Cissé hizo a un lado su papel de médico y se convirtió en consejero, para poder explicarle la unión de las siamesas y la operación que habría que realizarle para separalas.

El padre angustiado por la noticia, tomó una actitud algo agresiva contra el mundo entero: “no me explicaba por qué me estaban pasando estás cosas a mí” relató el senegalés.

El médico al notar la desesperación del hombre, le recordó su fe como musulmán sufí.

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A tempranas horas del día siguiente del parto,  el 19 de mayo de 2016, fue cuando el hombre tomó fuerzas para  ver a sus gemelas por primeras vez.

Ibrahima, expresó que minutos antes de verlas, sentía emoción y a le vez curiosidad, cuando al fin llegó la hora y entró a la habitación donde las estaban atendiendo se sorprendió.

“Las estaban pesando en una balanza, por eso lo primero que vi fue sus rostros mirándome. Luego les vi el brazo unido”. (…) “Eran diminutas, pesaban 3,8 kg. No podía entender cómo eran. Esperaba cuatro pies, pero tenían dos y las dos me miraron, y me quedé helado”.

“En ese momento rompí a llorar y no podía dejar de hacerlo”, resaltó el padre. A lo que agregó, “en ese momento el doctor Cissé, me dijo: Si sigues comportándote así, ¿cómo será la vida de las niñas? ¿Qué pasará con ellas si tú eres débil”

Seguidamente, le ordenó ir al baño, lavarse la cara, secarse las lágrimas y regresar.

“Tienes el desafío de tu vida, y tienes que estar listo para ello», le dijo el ginecólogo.

 

 

Antes de nacer, cuenta Ibrahima, las ecografías no habían detectado que se trataba de un embarazo de siamesas

Desafío y dificultades

Más allá de las dificultades médicas para tratar a las gemelas , sus padres debieron  enfrentarse un problema diferente.

Senegal es un país de supersticiones profundas, y a pocas horas del nacimiento de las siamesas, ya se había corrido la voz de su extraña condición.

El padre relata que al regresar al hospital  se encontró que las niñas estaban ubicadas en un pasillo  donde cualquiera podía verlas.

“Escuché a una extraña diciendo que les había tomado una foto. (…) “Me enfurecí tanto que agarré el teléfono y se lo llevé a los directores del hospital, les reclamé y rompí el móvil, algo que no debí haber hecho, pero estaba furioso”.

«Hay mucha ignorancia», explica Ibrahima. «Muchos lo ven como un castigo de Dios o creen que es producto de la brujería», explica Ibrahima.

A lo que enfatizó, “en Senegal esto es una opinión generalizada y es tabú hablar de ello».

“También en ese momento entendí la protección que debía darle a mis hijas y que esa era una de mis principales obligaciones con ellas”, relató el padre, citado por la BBC.

Atención médica

 

Después de la discusión con los encargados del centro hospitalario,  los especialistas decidieron llevarlas a una habitación segura, lejos de cualquier factor que pusiera en riesgo sus vidas.

 

Así se encuentran unidas las siamesas

«En esa habitación las siamesas empezaron a crecer y fue así como se empezó a evidenciar claramente como estaban formados sus cuerpo. Cada una tiene su propio cerebro, su propio corazón y pulmones.  Pero compartían el hígado, vejiga y el sistema digestivo. Tienen en total tres riñones y están unidas por el estómago”, explicó Ibrahima.

 

Toma de decisiones

Al darse cuenta  que en el hospital no estaban buscando los especialistas que podían ayudar a separar a sus pequeñas, Ibrahima decidió tomar las riendas del asunto.

Después de tres semanas  las niñas y su madre, fueron enviadas a casa, sin ninguna respuesta positiva de los médicos.

Esto no desmotivó a su padre, quien decidió realizar varias investigaciones, dando con un  centro médico llamado “Hospital Great Ormond Street”, ubicado en Londrés, donde tienen amplia experiencia en siamesas.

“Fue allí, donde decidí enviarles toda la información clínica de mis hijas al médico Paolo De Coppi”. (…) “Obtuve una respuesta rápida y simple: Ven”, relató  el senegalés.

El siguiente reto para los padres de Marieme y Ndeye, era llegar al Reino Unido, puesto que no era un viaje sencillo, ya se habían agotado los recursos en tratamientos y control médico en las pequeñas.

Pero llegó con la ayuda de Marieme Faye Sall, primera dama de Senegal, quien había escuchado la historia de las niñas, pudieron llegar a la nación europea.

Cuando Ibrahima contactó a hospitales en distintos lugares del mundo para que lo ayudasen con el caso de sus hijas, todos le dijeron que no había nada que hacer.

“La primera dama me contactó casi inmediatamente ofreciéndome cualquier ayuda que necesitase (…) Fue así como llegamos en enero del 2017 al Reino Unido, para reunirnos con el doctor De Coopi, cirujano pediátrico”, relató el hombre.

Actualmente la familia de las siamesas vive en un departamento cerca del centro hospitalario, donde se les están realizando los debidos cuidados para evaluar la posible separación de sus cuerpos.

Mientras tanto, Marieme y Ndeye, crecen felices junto a sus padres, quienes se han dedicado a darles todo el amor posible. Las miñas ya mencionan algunas palabras, o pueden caminar todavía, pero ríen constantemente.

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