La Tierra tendrá una estrella artificial en menos de 15 años

Es el quinto proyecto más costoso de la historia y se trata de un experimento que apuesta a la creación de una estrella artificial y el aprovechamiento de las enormes cantidades de energía producidas en el planeta.

La Tierra tendrá una estrella artificial en menos de 15 años

Autor: Pedro Pérez

Dentro de 15 años el planeta Tierra estará iluminado por una estrella hecha por el hombre, y ésta debería encenderse y generar energía a partir de las reacciones de fusión nuclear como las que ocurren en el Sol y las estrellas.

Tal proeza ocurrirá, gracias a lo planificado en el proyecto ITER​ (International Thermonuclear Experimental Reactor, por sus siglas en inglés), un experimento científico a gran escala que intenta producir un plasma de fusión que tenga diez veces más potencia térmica que la potencia necesaria para calentar el plasma.

Se trata de un experimento que apuesta a la creación de una estrella artificial y el aprovechamiento de las enormes cantidades de energía producidas en el planeta.

En palabras más sencillas, la iniciativa podría conducir al desarrollo de una nueva forma de energía para la humanidad. Es un proyecto de gran complejidad ideado en 1986 para demostrar la factibilidad científica y tecnológica de la fusión nuclear, la misma que ha provocado eventos catastróficos en la historia contemporánea de la Tierra.

El ITER es una total ambición científica y compite con los avances hacia la conquista de los planetas cercanos a la Tierra, se está construyendo en Cadarache (Francia) y costará 24.000 millones de euros aproximadamente, convirtiéndolo en el quinto proyecto más costoso de la historia, después del Programa Apolo, de la Estación Espacial Internacional, del Proyecto Manhattan y del desarrollo del sistema GPS.

ITER significa “El camino” en latín, y este doble sentido refleja el rol del ITER en el perfeccionamiento de la fusión nuclear como una fuente de energía para usos supuestamente “pacíficos e innovadores”.

Avance de la obra científica

ITER significa “El camino” en latín, y este doble sentido refleja el rol del ITER en el perfeccionamiento de la fusión nuclear como una fuente de energía para usos supuestamente “pacíficos e innovadores”.

En este proyecto están involucrados 35 países, de los cuales destacan China, la Unión Europea y Suiza, India, Japón, Corea, Rusia y los Estados Unidos de América. Estas naciones han comenzado a ensamblar el reactor de fusión más grande del mundo.

De acuerdo a informaciones de expertos en la materia, el equipo internacional ya logró posicionar la base del reactor (1.250 toneladas) en el edificio, un hito importante.

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Se espera que 3.000 personas ensamblen el «Meccano» más grande del mundo y en el que se contabilizan diez millones de piezas provenientes de miles de fábricas en todo el mundo.

Quienes están inmersos en el proyecto aseguran que el «tokamak» ITER (acrónimo ruso para cámara toroidal con bobinas magnéticas) será una joya de tecnología perfectamente formada, dado que en su ensamblaje no se tolera ni un milímetro de error.

ITER cuenta con los imanes más grandes del mundo, la planta criogénica más poderosa y un sinfín de bancos de computadoras de alta potencia.

Es el quinto proyecto más costoso de la historia, después del Programa Apolo, de la Estación Espacial Internacional, del Proyecto Manhattan y del desarrollo del sistema GPS.

Fuente inagotable

Los deseos de Ronald Reagan y Mikhail Gorbachev, sus idearios, son insuperables desde el punto de vista científico, la «cooperación internacional más amplia para obtener energía de fusión, que es esencialmente inagotable». Esto ha implicado desde finales de los 80 aportes mil millonarios desde 35 países y el auspicio de la IAEA como una forma de compartir los gastos del proyecto.

Los primeros experimentos están programados para 2025 y las operaciones nucleares completas en 2035, aunque la alta gerencia sabe que son inevitables más demoras, una de las cosas más criticadas de este proyecto.

Entonces, entre 2035 y 2040, el reactor calentará cantidades diminutas de isótopos de hidrógeno (solo 2 gramos) a 150 millones de grados (plasma), lo que hará que sus núcleos se fusionen, como en el sol y las estrellas. Esto debería generar una tremenda potencia térmica de 500 MW.

Además, ITER probará varias tecnologías para generar el combustible tritio, un isotopo natural que se obtiene del hidrógeno, dentro del tokamak. Según los físicos, también permitirá estudiar el comportamiento y la estabilidad de un plasma gigante.

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