Las moscas de la fruta y las personas perciben ciertas ilusiones ópticas de una manera prácticamente idéntica, según reveló este lunes un grupo de neurofisiólogos de EE. UU. Así, los cerebros del insecto y del ser humano se engañan al ver una imagen estática intencionalmente diseñada para aparentar un movimiento.
Para arribar a esa conclusión, los científicos procedieron primero a identificar en las moscas los grupos específicos de neuronas responsables de detectar el movimiento, y luego distinguieron los patrones de respuesta ante distintas imágenes. Acto seguido, se pudo incluso cambiar la percepción del movimiento ilusorio, con solo «apagar» y «encender» ciertas neuronas.
Al apagar simultáneamente dos de estos tipos de células, la ilusión se eliminó por completo. El efecto más curioso fue la percepción de movimiento en la dirección opuesta cuando se encendía solo un grupo de aquellas neuronas.
¿Y cómo se pudo determinar qué era lo que veían las moscas? Los investigadores aseguran que el comportamiento de cada insecto lo puso al descubierto, puesto que instintivamente giran su cuerpo hacia cualquier movimiento percibido, según explica el comunicado que emitió al respecto la Universidad de Yale, donde se llevó a cabo la parte experimental del estudio.
No solo moscas participaron en estos experimentos, sino que también hubo 11 personas voluntarias que especificaron a los neurofisiólogos en qué dirección veían que la imagen se estaba «moviendo» en cada caso. Con todas sus neuronas encendidas, los insectos normalmente giraban en la misma dirección en que los humanos percibían el giro en el patrón.
El biólogo Damon Clark, quien dirigió el estudio, se mostró sorprendido por el hecho de que las dos especies hayan desarrollado «estrategias similares para percibir el movimiento», a pesar de que «el último ancestro común de las moscas y las personas vivió hace 500 millones de años». Afirmó que un mayor entendimiento de estas estrategias compartidas «puede ayudarnos a comprender mejor el sistema visual humano».
A partir de los datos recabados, los investigadores estiman que el mecanismo que genera tales ilusiones tiene que ver con las neuronas que ayudan tanto a los insectos como a los seres humanos a detectar objetos en movimiento. A su vez, los cambios registrados en función de las células activadas o desactivadas se atribuyen a pequeños desequilibrios en la contribución que los distintos detectores de movimiento hacen al cuadro íntegro de la visión.
Fuente: Actualidad RT.