El cículo de amigos adquiere un nuevo significado con el descubrimiento de que los fuertes lazos de amistad mantienen el cerebro joven por más tiempo. Las criaturas sociales necesitan a otras de su propia especie, y tener redes sociales débiles tiene implicaciones que no siempre son obvias. Los últimos hallazgos se suman a la creciente evidencia de que nuestra comunidad tiene mucha más importancia de lo que creemos.
La Dra. Emily Rogalski, de la Universidad Northwestern, EEUU, está estudiando a los SuperAgers, como se les llama en inglés a las personas que pasaron los 80 años pero siguen con sus facultades mentales casi intactas; particularmente la memoria episódica. Como era de esperar, Rogalski descubrió que no hay un solo factor que pueda garantizar la entrada a este grupo, pero sostiene que las redes de amistad son parte de la clave. Su estudio fue publicado en la revista PLoS ONE.
«Este estudio respalda la teoría de que mantener redes sociales sólidas parece relacionarse con un declive cognitivo más lento», dijo Rogalski en un comunicado.
El estudio comparó a 31 SuperAgers con 19 personas de capacidad cognitiva promedio para su edad. Los investigadores no encontraron diferencias en las estimaciones de la inteligencia de los dos grupos en términos de edad y demografía. A ambos grupos se les entregó un cuestionario de 42 ítems sobre bienestar psicológico, en el que se les pedía que se calificaran en una escala de seis puntos. La única diferencia significativa que se observó fue cómo calificaron los SuperAgers sus relaciones con los demás.
Tales estudios siempre dejan abierta la pregunta sobre la causalidad. ¿Las redes sociales fuertes protegen contra la pérdida de la capacidad cognitiva, o las personas con facultades mentales decrecientes son menos propensas a mantener sus redes? Esta pregunta está sin responder, pero un documento publicado hace pocos días, que describe un seguimiento de personas mayores por siete años, encontró que el aislamiento social es una causa identificable de la enfermedad de Alzheimer.
Rogalski y sus coautores también mencionan investigaciones de poblaciones amplias, las que sugieren que «las relaciones sociales positivas influyen en el rendimiento cognitivo posterior, mientras que no se puede afirmar lo mismo a la inversa». Concluyen que para los SuperAgers y la población en general, «parece que las relaciones sociales en sí mismas son importantes para el mantenimiento de la cognición».
Otros trabajos también han demostrado que los SuperAgers tienen cortezas cerebrales más gruesas que el resto de la población.
Fuente, IFLScience
El Ciudadano