Había una vez un sacerdote, una monja, un rabino, un monje budista y algunos hongos mágicos. Parecía el comienzo de un chiste, pero se trata de un nuevo estudio científico que se está llevando a cabo en Estados Unidos.
El trabajo, a cargo de investigadores de la Universidad John Hopkins en Baltimore, Maryland, ha reunido a una variedad de líderes religiosos para investigar el efecto de la psilocibina en la experiencia espiritual. La psilocibina es el ingrediente psicoactivo de los hongos mágicos.
Más de 20 líderes de numerosas religiones y tradiciones recibirán una dosis fuerte de psilocibina en dos ocasiones, en sesiones de contemplación en una especie de sala de estar. Con seguimientos y cuestionarios se verá si la experiencia psicodélica de los participantes altera su pensamiento espiritual y la forma en que perciben su vida y su trabajo como líderes religiosos.
Los autores empezaron a buscar participantes a principios de 2016 y ahora el estudio está en marcha, como informa The Guardian. Entre las religiones que los investigadores tenían en mente, también estaban el Islam y el Hinduísmo, pero ningún representante de estas estuvo dispuesto a participar.
«Con la psilocibina las profundas experiencias místicas son bastante comunes. Parecía obvio que podían ser de interés, si no valiosas, para el clero», dijo a The Guardian el Dr. William Richards, psicólogo involucrado en el estudio.
«Es demasiado pronto para hablar de resultados, pero en general la gente parece estar teniendo una apreciación más profunda de su propia herencia religiosa», agregó Richards.
Estudios anteriores ya han observado la espiritualidad y los hongos mágicos, pero este es el primero en involucrar a individuos comprometidos con diferentes creencias religiosas. En los últimos años ha habido cada vez más ensayos clínicos que investigan los efectos de esta droga, incluyendo uno del año pasado que probó si la psilocibina podía usarse para tratar la depresión.
Uno de los experimentos más famosos involucró el ingrediente psicodélico activo de los hongos mágicos como iniciador de experiencias místicas. Este fue conocido como «Experimento Marsh Chapel» o «Experimento del Viernes Santo», que fue en 1962. Bajo la supervisión de Timothy Leary, quien fue psicólogo e icono de la contracultura, la mitad de los participantes recibieron psilocibina, mientras un grupo control recibió un fármaco parecido al placebo. Los resultados fueron la primera evidencia empírica que demuestra que la psilocibina genera experiencias que suelen definirse como ‘espirituales’.
La psilocibina es un compuesto psicodélico que se produce naturalmente en más de 200 especies de hongos. Los efectos reportados al tomar la droga incluyen euforia, alucinaciones vívidas, percepción alterada, cambios psicológicos y experiencias espirituales. A pesar de sus potentes efectos, tiene una toxicidad relativamente baja y no está asociada con la dependencia física.
La psilocibina se ha sugerido como posible tratamiento para una amplia gama de trastornos de ansiedad, e incluso para las cefaleas en racimos.
El Ciudadano