Los investigadores sabían que existía un anfiteatro romano en el yacimiento de Torreparedones en Córdoba. También sospechaban que debía estar situado en alguno de los dos extremos de la ciudad, por donde llegaban las vías principales de acceso documentadas por los arqueólogos en los últimos años.
Pero ahora el equipo de investigación Antiguas Ciudades de Andalucía, de la Universidad de Córdoba (UCO), logró localizar el anfiteatro, ubicado en los términos municipales de Baena y Castro del Río.
El problema era dar con él sin levantar el terreno o sin invertir demasiado tiempo y dinero en una búsqueda que podía resultar infructuosa. Por eso, el profesor Antonio Monterroso Checa recurrió a a la tecnología computacional.
El equipo de la UCO, que desde 2006 excava este yacimiento, rastreó todo el territorio peninsular en el Plan Nacional de Ortofotografía (PNOA) del Instituto Geográfico Nacional de España, que toma fotografías mediante vuelos LiDAR (Laser Imaging Detection and Ranging).
Los investigadores buscaron las coordenadas de Torreparedones y observaron el terreno hasta dar con una mancha de extraña forma elíptica. Lo más probable era que debajo de ella estuviera el anfiteatro.
En los últimos cinco meses el hallazgo fue confirmado mediante análisis de imagen en dos y tres dimensiones. Una de las imágenes del PNOA, tomada en plena primavera de 2009, dejaba ver incluso las marcas de los desniveles de las graderías, gracias a las diferencias observadas en el suelo.
Luego, la prospección geomagnética del Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada terminó por confirmar que el hallazgo era efectivamente el anfiteatro romano.
El estudio, publicado en la revista Mediterranean Archaeology and Archaeometry, será el punto de partida para activar las excavaciones. Las dimensiones del anfiteatro son similares a las de los anfiteatros de Segóbriga, Saelices (Cuenca) o Contributa Iulia (Badajoz). Según la hipótesis de los autores, el edificio data del siglo II d.C.
El Ciudadano