El mapa satelital de Google permite ver a la Tierra desde el cielo como si fuera una única foto continua que envuelve al planeta entero.
Sin embargo, el nuevo mapa disponible en las herramientas gratuitas Google Maps y Google Earth es en verdad un mosaico formado por cerca de un petabyte de imágenes satelitales.
Son más de 700 billones de píxeles individuales, tomados en su mayoría de las imágenes realizadas por el satélite de la NASA Landsat 8, lanzado al espacio en 2013.
«Para ponerlo en perspectiva, 700 billones de píxeles es 7.000 veces más píxeles que el número estimado de estrellas en la Vía Láctea o 70 veces más píxeles que el número estimado de galaxias en el universo», informó Google Maps en su blog oficial al anunciar la renovación de su mapa satelital.
El renovado Google Earth
700 billones de píxeles individuales conforman el mosaico final
- 6 millones de horas de cómputo se precisaron para procesar las imágenes
- 43.000 computadoras trabajaron durante una semana para lograr la tarea
El trabajo fue distribuido entre 43.000 computadoras, lo que llevó una semana.
De haber trabajado con una sola computadora, Google hubiera tenido que empezar a trabajar en el siglo XIII para llegar a tiempo al lanzamiento de esta semana, contó Davidoff.
El resultado de estos increíbles números es un atlas formado por imágenes de mayor precisión y nitidez, colores más reales y, por si fuera poco, sin nubes.
El secreto está en el satélite
La versión anterior de los mapas de Google usaba imágenes tomadas por el antecesor del satélite Landsat 8.
En su momento, Landsat 7 tenía las mejores imágenes del espacio, afirmó Google Maps en su blog.
Sin embargo, un error de hardware hizo que las fotos tomadas después de 2003 tuvieran fallas visuales como líneas diagonales. Y el gigante tecnológico nada pudo hacer.
Ahora, cada vez que el Landsat 8 completa un viaje alrededor de la Tierra, cada 16 días, consigue captar el doble de imágenes que el Landsat 7 y de mejor calidad.
Las millones de fotos que Google usó para su atlas están disponibles para el público y con ellas se han creado desde un proyecto de monitoreo de deforestación en la Amazonía hasta una herramienta para predecir epidemias de malaria.