Un nuevo estudio publicado en Current Biology muestra que los perros son capaces de recordar eventos pasados, incluso cuando éstos no son significativos. Esta facultad, llamada «memoria episódica», es la habilidad de transportarse mentalmente al pasado y recordar experiencias, lugares y tiempos, y asociarlos a emociones. La memoria episódica podría ser una señal de que los perros tengan conciencia de sí mismos, informa Gizmodo.
Este entrenamiento, sin embargo, no fue suficiente para probar la memoria episódica de los perros. Lo que los investigadores necesitaban hacer era demostrar que los perros podían recordar un evento que no esperaban recordar.
«El estudio de la memoria episódica en no humanos es particularmente difícil porque implica identificar un estado mental (por ejemplo, recordar cosas que no parecen ser importantes)», señala la investigadora a Gizmodo. «La mayoría de los científicos coinciden que el registro en la memoria puede considerarse válido si la prueba en sí es inesperada, porque en este caso el sujeto no espera recordar ese evento más tarde; no sabe que es importante”.
Para lograr que se cumpliera esa condición, los investigadores complejizaron el ejercicio de ‘haz lo que yo hago’ agregándole otra etapa. Entrenaron a los canes para acostarse después de ver a un humano realizar una acción, sin importar cuál fuese. Si el humano se paraba sobre una mesa, el perro no tenía que hacer nada. Pero a veces, sorpresivamente, los entrenadores daban a los perros la orden “¡Haz como yo!”. Después de una pausa, ellos imitaban la acción.
Esto demostró que el perro recordaba la acción aunque no tuviera razones para hacerlo. Es decir, tuvieron que recorrer eventos de los que habían sido testigos, pero que no habían realizado, lo que significa que tenían que recorrer su historia reciente y tomar la información necesaria. Tuvieron que hacer uso de una memoria episódica. Los investigadores pudieron mostrar que los perros son capaces de recordar acciones que presenciaron en periodos cortos y largos, aunque la memoria tendía a disminuir con el paso del tiempo.
«El estudio es el primero en demostrar que los perros domésticos en su entorno natural pueden recordar acciones complejas y eventos cercanos a la vida real», afirma Fugazza. «Incluso es el primero en aproximarse a las acciones realizadas por otros y no por los mismos sujetos». El estudio podría ayudar a profundizar la comprensión de cómo funcionan las mentes de los animales en relación al entorno y a otros individuos.