Este jueves el Secretario de Estado encabezó la ceremonia que, de manera inédita, contó con la visita de Paolo Baratta, presidente de la Bienal, y el chileno Alejandro Aravena, curador de la Bienal de Arquitectura.
Ya es una realidad que se vive desde la llegada a Venecia. La ciudad completa, en sus callejones y canales, palpita el inicio de la XV Bienal de Arquitectura, donde la participación de Chile destaca en cantidad y calidad. Partiendo por su curador general y Premio Pritzker 2016, Alejandro Aravena, a quien se suma un pabellón nacional a cargo de los arquitectos Juan Román y José Luis Uribe, de la Universidad de Talca, con un proyecto apoyado y comisariado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA). Además, viajaron a la muestra cinco propuestas independientes invitadas por Aravena y el CNCA.
La inauguración del pabellón de Chile estuvo encabezada por el Ministro de Cultura, Ernesto Ottone; el embajador en Italia Fernando Ayala; el agregado cultural, Antonio Arévalo, y los protagonistas de la jornada: el equipo de arquitectos que arribaron a Italia con “A contracorriente”, propuesta curatorial que evidencia y pone en valor las costumbres y el paisaje del mundo rural de la zona centro sur de nuestro país, y que busca contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas que lo habitan.
El Ministro Ottone destacó que “la presencia de Chile se puede percibir muy intensamente en esta Bienal, con propuestas que confluyen en este espacio tan importante para la Arquitectura contemporánea. El proyecto ganador de nuestro pabellón logra instalar un discurso franco, junto con mostrar los materiales y el paisaje del territorio que representa, ofreciendo soluciones y movimiento a las necesidades simples y variadas del habitar esos lugares. Poder dar cuenta de eso en un evento tan relevante como el que se celebra hoy en Venecia, es una tremenda oportunidad de seguir fomentando una disciplina que le entrega un gran valor al desarrollo artístico y cultural de nuestro país”.
Fue una verdadera avalancha de gente proveniente de distintos países, quienes se acercaron hasta el pabellón chileno emplazado entre los pasillos del Arsenale, y pudieron guiarse por el recorrido que ofrece la propuesta de nuestro país, que “se instala como una plataforma de descanso, de tranquilidad, donde las personas pueden sentarse un momento y aislarse del ruido, el ajetreo y el calor de la Bienal, y hacer una pausa para conectarse con el espacio geográfico que estamos representando en este pabellón”, dijo Juan Román.
“La presencia de chilenos es consecuencia de un momento especial que se vive en chile, con una masa crítica que ha podido contribuir a esto equilibrando escasez de recursos, lo que obliga a ser muy estratégicos, a ser creativos, pero sin sacrificar calidad, en que aquello que se muestra tiene un estándar de nivel universal. La arquitectura es una embajada significativa para el país, que depende no solo del talento de un arquitecto, sino también de instituciones asociadas, ministerios que financian, empresas dispuestas a construir y usuarios que exigen”, destacó Alejandro Aravena.
La inauguración se llevó a cabo pocas horas después de la conferencia de prensa oficial de la Bienal en el Teatro Piccolo, en el Arsenale, antigua base naval y centro de preservación de navíos históricos donde también se aloja “A contracorriente” y parte de las intervenciones de los otros arquitectos chilenos que viajaron a Venecia invitados por Aravena y con financiamiento del Fondo Ventanilla Abierta del Consejo de la Cultura. Se trata de los proyectos de Teresa Moller, Cecilia Puga, Felipe Vera y Grupo Talca (integrado por Martín del Solar y Rodrigo Sheward).
Mientras que en el sector de Giardini se encuentran instaladas las exposiciones de otra parte de la representación nacional, con las muestras del estudio Pezo von Ellrichshausen y la oficina de arquitectura Lan, además de la curatoría de David Basulto en el pabellón de los Países Nórdicos (Finlandia, Noruega y Suecia). Cabe destacar que este es el tercer año en que Chile se presenta con un pabellón propio, convocado a través de un Concurso de ideas a cargo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes