Se suponía que iba a ser el gran descubrimiento de una nueva partícula, que habría conducido hacia la re-escritura de la física como la conocemos.
Ya van ocho meses desde que los científicos vislumbraron la posibilidad de encontrar algo «aun más emocionante que el bosón de Higgs» en el Gran Colisionador de Hadrones, pero los últimos datos ha mostrado que no es nada más que una irregularidad estadística.
«Básicamente, no vemos nada», dice Tiziano Camporesi, científico jefe y vocero de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (Cern), donde está la enorme máquina trituradora de átomos.
En diciembre se informó de una cantidad inusual de rayos gama durante una colisión. Los investigadores se plantearon la posibilidad de que estuvieran producidos por la desintegración de una nueva partícula.
Pero las investigaciones posteriores han mostrado que los datos eran una «casualidad estadística» de carácter aleatorio, como señala Dave Charlton, otro vocero del Cern.
Al estudiar tipos de rayos similares, finalmente se llegó a la confirmación tentativa de la existencia de la partícula llamada ‘bosón de Higgs’.
Sin embargo, mientras los nuevos datos descartaron la existencia de cualquier otra partícula a nivel de energía, podría ser que el desenlace más serio de estos hallazgos sea la decepción.
«Es una lástima que no hubiera una partícula ahí, pero de esta confirmación no ha surgido ni se ha descartado ninguna gran idea «, dice Sean Carroll, físico del Instituto de Tecnología de California.
El Gran Colisionador de Hadrones, el acelerador de partículas más grande y poderoso del mundo, se construyó entre 1998 y 2008. En su segunda etapa extendida, está operando más allá de las expectativas y ofreciendo más datos que los que se esperaban. Así lo señalan Charlton y Camporesi, a Press Association (UK).
Los físicos del Cern han presentado más de 50 nuevos resultados, pero ninguno de ellos es un descubrimiento determinante que pudiera cambiar las teorías actuales. Camporesi recomienda estar atentos, porque ellos aún no han perdido la esperanza.
Fuente, The Independent
El Ciudadano