Estudios realizados a nivel mundial reflejan que, durante las últimas décadas, el desarrollo tecnológico, la expansión de Internet y las herramientas digitales, han denotado un exceso del uso de las nuevas tecnologías por parte de los niños.
Estos reportes arrojan que uno de cada tres usuarios de la red tiene menos de 18 años, lo que muestra que los niños y adolescentes conforman el grupo más expuesto a esas plataformas y también el más desprotegido.
En un informe presentado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por su sigla en inglés), se revela que en Europa alrededor del 96% de los menores de edad tienen acceso a las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), algo que podría acarrear ciertos problemas en los infantes.
¿Oportunidades o peligros?
De acuerdo con algunos analistas, “las TIC intensifican los riesgos tradicionalmente enfrentados por la niñez, ya que permiten la proliferación de nuevas formas de abuso y explotación infantil, al tiempo que dificultan su prevención y erradicación”.
Contenido inapropiado (como imágenes y videos pornográficos), materiales que incitan a la violencia, el racismo, el odio y la discriminación, las autolesiones, el suicidio y la anorexia son algunas de las acciones a las que están expuestos los niños y adolescentes.
Estudios reflejan que más del 40% de los adolescentes admite haber visitado páginas web desaprobadas por sus representantes. Esto causa una alarma general, ya que se intensifica la aparición de nuevas tendencias como el ciberbullying (uso de los espacios web para acosar, atacar y denigrar a otras personas), el sexting (intercambio de imágenes, videos y mensajes de contenido sexual) y el grooming (acciones deliberadas de un adulto para ganarse la confianza de un niño con el fin de abusar de él).
De acuerdo con la Unicef, “ningún pequeño está a salvo de los peligros en la red y nunca ha sido más fácil para los acosadores, los delincuentes y traficantes de seres humanos atacar a los más vulnerables”.
Además de estos preocupantes riesgos, sobresalen otros como la adicción de los chicos a las nuevas tecnologías, las dificultades para relacionarse con el entorno y sus compañeros, y la reproducción de estereotipos y estilos de vida promocionados a través de esas plataformas.
Especialistas indican que “los niños, jóvenes y adolescentes recortan horas de sueño debido al uso de sus dispositivos electrónicos, favoreciendo la aparición de problemas de salud, conducta o comportamiento” y ocasionando bajo rendimiento escolar, síntomas iniciales de hiperactividad, ansiedad e incluso obesidad.
Para el doctor británico Richard Graham, especialista en trastornos de la adolescencia, «la adicción a la tecnología es como un juego que termina con síntomas de abstinencia, porque el niño permanece hiperestimulado y eso lo lleva a estar siempre alerta».
La tecnología es una herramienta útil y necesaria, siempre y cuando tenga un uso adecuado. Por ello, los padres debemos tomar precauciones para garantizar la seguridad e integridad de nuestros niños y evitar que caigan en las garras de personas malintencionadas o encuentren información que podría afectarlos de manera negativa.