La NASA publicó este miércoles 19 de octubre la más reciente imagen captada por la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam, por sus siglas en inglés) de su telescopio James Webb al enfocarse en una región del espacio conocida como Los Pilares de la Creación. En esta área, ubicada dentro de la gran Nebulosa del Águila, a 6.500 años luz de la Tierra, se forman nuevas estrellas dentro de densas nubes de gas y polvo interestelar fresco, en forma de columnas tridimensionales. Al ser esas nubes semitransparentes a la luz del infrarrojo cercano, la cámara ha capturado imágenes con un nivel de detalle sin precedentes, comunicó la agencia espacial estadounidense.
En 1995, el telescopio espacial Hubble, también de la NASA, hizo famosos Los Pilares de la Creación con su primera imagen en luz visible. En el año 2014 volvió a tomar una imagen de esa región, ya más amplia y nítida aunque siempre en luz visible. En 2020, el Hubble la fotografió con su instrumento de captura infrarroja y ofreció a los investigadores nuevos detalles sobre esta región, que está literalmente desbordante de estrellas.
Ahora, la nueva vista obtenida por el Webb, de extrema resolución y detalle, permitirá a los astrónomos alcanzar una comprensión más clara acerca de cómo las estrellas se forman y abandonan esas nubes en el transcurso de millones de años. También podrán renovar sus modelos de formación estelar, mediante la identificación y el recuento preciso de estrellas recién formadas y la cuantificación del gas y el polvo en el área.
Una cuna de estrellas
Cuando se forman nodos masivos dentro de los pilares de gas y polvo, estos comienzan a amalgamarse por la gravedad y se calientan lentamente para dar nacimiento a nuevas estrellas. En la imagen del Webb se observan las estrellas recién formadas en tonalidades de un rojo brillante, que típicamente tienen picos de difracción y se encuentran fuera de alguno de los pilares de polvo.
Las líneas onduladas en los bordes de algunos pilares, que en la imagen parecen lava, son eyecciones de plasma y materia de estrellas que todavía se están formando dentro del gas y el polvo. Las estrellas jóvenes, de solo unos pocos cientos de miles de años, lanzan periódicamente estos chorros supersónicos que chocan contra las nubes de material denso, como la de estos gruesos pilares, ocasionando a veces ondas de choque, que pueden formar patrones ondulados. Por su parte, el resplandor carmesí proviene de las moléculas de hidrógeno, altamente energéticas, que se producen con los chorros y las ondas de choque.
La Nasa aclara que, aunque pudiera parecer en la imagen que la luz del infrarrojo cercano ha permitido al Webb «atravesar» las nubes de polvo y gas translúcido, la zona conocida como ‘el medio interestelar’, en la parte más densa del disco de la Vía Láctea, bloquea la visión del universo más profundo.
Fuente: RT.