Los países en que está prohibido golpear a los niños, parecen ser lugares más seguros para los jóvenes, según investigaciones que revelan una relación entre el veto a los castigos corporales y menores índices de violencia entre jóvenes, especialmente mujeres.
El estudio se suma a un creciente cuerpo de evidencia de que castigar a los niños con golpes, abofetearlos o darles una palmada puede acarrear un daño posterior. La investigación ha llevado a insistir a los responsables políticos que renueven sus intenciones de prohibir tales prácticas en los hogares y las escuelas.
«Está bastante bien establecida la asociación con problemas académicos y de salud mental entre los niños que tienen esta experiencia en la vida temprana», dijo el Dr. Frank Elgar, coautor de la investigación de la Universidad McGill en Canadá. «Nuestra pregunta era sobre las políticas», precisó el investigador.
Sin embargo, los investigadores dicen que no está claro si las prohibiciones a los golpes en la infancia conducen a un mejor comportamiento, o si las golpizas y la violencia juvenil ya eran más raras en los países que han adoptado tales políticas.
«No puedo afirmar que un país que decida prohibir el castigo corporal, mañana va a ver una tendencia a la baja en la violencia juvenil», dijo Elgar.
En la revista BMJ Open, los investigadores de Canadá, Estados Unidos e Israel describen cómo examinaron los resultados de encuestas realizadas en escuelas de 88 países entre 2003 y 2014. Más de 40.000 hombres y mujeres jóvenes entre los 11 y los 25 años, fueron consultados sobre la frecuencia con la que se enfrentaban físicamente con otros.
Luego, el equipo consideró si el castigo corporal era legal en un país determinado y, de ser así, si la prohibición era solo en las escuelas o también en el hogar.
20 de los países no tenían prohibición, incluidos Zimbabwe y Marruecos, mientras que 30 tenían una prohibición en todos los entornos a partir de 2017, incluidos Suecia y Túnez. El Reino Unido se encontraba entre los que tenían una prohibición parcial. En Inglaterra los golpes están prohibidos, pero los padres pueden usar un «castigo razonable», mientras que Escocia y Gales están cerrando la brecha para aprobar una prohibición total de golpear a niños y niñas. En Latinoamérica, algunos países que van por similar camino son Chile y México.
Los investigadores descubrieron que las probabilidades de que los niños peleen con frecuencia triplican las de las niñas, lo que significa tener cuatro o más golpes en un año.
Se observó una frecuencia menor entre los niños y niñas de 13 años en países con una prohibición total de los castigos corporales, en comparación con los que no la tienen, con un 31% menos de violencia corporal en los niños y un 58% menos en las niñas. Dicho esto, cuando se tomaron en cuenta factores como la riqueza nacional, las tasas de homicidios y las prohibiciones de la pena de muerte, la prohibición de los castigos corporales solo pareció estar vinculada a una caída en la violencia entre las niñas.
Elizabeth Gershoff, profesora de desarrollo humano y ciencias de la familia en la Universidad de Texas en Austin, que no participó en el estudio, dijo que trabajos anteriores han demostrado que el castigo corporal puede tener graves consecuencias. «Uno de los efectos más fuertes en los niños es el aumento de la agresión, porque ser golpeado es un ejemplo del uso de la agresión con otras personas, por lo que los niños aprenden eso», dijo Gershoff. «También está relacionado con un mayor aumento de los problemas de salud mental como depresión o ansiedad», agregó.
Pero Gershoff dijo que si bien la escala internacional del nuevo estudio fue impresionante, la investigación no analizó cómo la violencia entre los adolescentes cambió desde antes de la prohibición hasta después de su introducción. También dijo que el estudio no consideró si, en el caso de los países con prohibición, la ley estaba vigente cuando esos adolescentes eran niños pequeños, un momento en el que es más común pegarse.
«A menos que la prohibición ocurriera 10-15 años antes del estudio, entonces no tuvieron la oportunidad de verse realmente afectados por la prohibición», dijo la experta.
Por otra parte, Alana Ryan, autoridad de la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad a los Niños en el Reino Unido, dijo que «el castigo físico no debe tener lugar en la sociedad y la defensa de los «castigos razonables» debe eliminarse de la ley».
Fuente: The Guardian