Un grupo de paleontólogos chilenos descubrió en la Antártida el fósil de un depredador marino que habitó en la región hace decenas de millones de años. El estudio fue publicado en la revista científica Cretaceus Research.
Se trata de un cráneo de mosasaurio, clasificación para los animales marinos más colosales que vivieron en la Tierra hacia el final de la era de los dinosaurios, en el período Cretácico. Los mosasaurios no era dinosaurios, sino enormes reptiles, parientes de los lagartos modernos. Sus extremidades habían evolucionado hacia la forma de aletas y su larga cola les ayudaba a desplazarse por el agua.
Cuando ocurrió el hallazgo, hace seis años, los investigadores de la Universidad de Chile estudiaron los restos del ejemplar pensando que podía tratarse de otra especie similar, pero por sus características específicas, finalmente concluyeron que se trataba de una especie nueva, a la que llamaron Kaikaifilu hervei, en honor a la bestia mítica ‘Cai cai Vilu’ de los indígenas del sur de Chile y al científico chileno Francisco Hervé, informa La Tercera.
Antes del descubrimiento, el reptil más grande del que se tenía conocimiento en la Antártida era el Taniwhasaurus antarcticus, un depredador cuyo cráneo medía unos 70 centímetros de largo. Pero en 2010, durante una expedición a la isla Seymour, los científicos hallaron el fósil en rocas de 66 millones de años.
El Kaikaifilu hervei es pariente cercano del Taniwhasaurus y del Tylosaurus, de norteamérica, pero vivió en la región austral unos 20 millones de años más tarde. Su cráneo midió aproximadamente 1,2 metros de largo, lo que lo convierte en el mosasaurio austral más grande que se conozca hasta ahora, informa Europapress. Con este dato, los investigadores infieren que su tamaño total fue de unos 10 metros de largo.
David Rubilar, jefe de Paleontología del Museo Nacional de Historia Natural de Santiago y coautor del estudio, explica a La Nación: «Toda la historia evolutiva la tenemos desde la mirada del hemisferio norte. Estos hallazgos completan el puzzle que permite entender cómo evolucionaron los dinosaurios en el sur».
El Ciudadano