Piezas de Lego pueden sobrevivir en los océanos durante 1.300 años

Investigadores descubrieron que a pesar de que las piezas de Lego estuvieran potencialmente en el mar durante décadas, no se desgastan de manera significativa.

Piezas de Lego pueden sobrevivir en los océanos durante 1.300 años

Autor: Pedro Pérez

Los  famosos bloques de construcción conocidos como Lego han pasado de ser preferidos por los más pequeños de la casa a ser un producto cuestionado por conservacionistas, debido a su potencial daño al medioambiente.

Si bien la empresa irrumpió en el mercado desde 1949 con juguetes de construcción fabricados con plástico, investigadores advierten que una pieza de este popular juguete podría permanecer más de 1300 años en el océano.

Caracterizado por su durabilidad, resistencia y potencial estimulante para la creatividad de niñas y niños, la persistencia del plástico en el medio marino es objeto de señalamientos, pues se han recolectado bloques Lego meteorizados en el mar de las playas inglesas.

Los científicos aseguran que las muestras de Lego estudiadas se han emparejado con bloques archivados en su estado original. Como resultado, las piezas apenas exhiben diversos grados de amarilleo, fractura y ensuciamiento, y tienen una masa más baja, una altura promedio del perno y resistencia mecánica.

Caracterizado por su durabilidad, resistencia y potencial estimulante para la creatividad de niñas y niños, la persistencia del plástico en el medio marino es objeto de señalamientos, pues se han recolectado bloques LEGO meteorizados en el mar de las playas inglesas.

En la intemperie

El estudio de campo lo realizó un equipo dirigido por Andrew Turner, de la Universidad de Portsmouth en el Reino Unido, que analizó 50 piezas de ladrillos Lego desgastados encontrados en las costas de Cornwall, suroeste de Inglaterra.

Las piezas fueron limpiadas, medidas y pesadas y estudiaron sus características químicas para verificar la edad de cada bloque, basando sus cálculos en elementos en los ladrillos que ya no se usan en el proceso de producción.

Luego, estos ladrillos se emparejaron y se compararon con conjuntos no degradados de los años setenta y ochenta, para que el equipo pudiera determinar el nivel de desgaste que cada uno había experimentado en los últimos cuarenta años.

Los investigadores descubrieron que a pesar de que las piezas de Lego estuvieran potencialmente en el mar durante décadas, no se desgastan de manera significativa.

«Lego es uno de los juguetes infantiles más populares de la historia y parte de su atractivo siempre ha sido su durabilidad”, dijo Turner en un comunicado.

Los científicos aseguran que las muestras de LEGO estudiadas apenas exhiben diversos grados de amarilleo, fractura y ensuciamiento, y tienen una masa más baja, una altura promedio del perno y resistencia mecánica.

Del cielo a la Tierra

Al principio, el novedoso sistema de Lego no incluía manuales de instrucciones, pero a partir de 1958 la empresa apostó por la creatividad del niño, patentando un «sistema de enganche» con tubos bajo el ladrillo que permitía ensamblarlos de forma estable, adoptándo toda clase de combinaciones. Su gran secreto.

Los bloques de ladrillos se fabricaban al principio con acetato de celulosa. A partir de 1964 se adoptó el plástico ABS, que no es tóxico y aguanta mejor tanto el calor como la decoloración. Este material se utiliza hasta el día de hoy porque no existe un equivalente en bioplásticos.

La compañía de juguetes dijo que en 2008 había producido más de 400 mil millones de unidades, algo con lo que según destaca el fabricante  es suficiente para construir una torre que se extiende desde la Tierra hasta la Luna diez veces.

Hoy, el Grupo Lego es una de las compañías de juguetes líderes en el mundo y obtuvo aproximadamente $ 1.2 mil millones en ganancias en 2019.

Los autores de este estudio creen que el alcance del daño y la cantidad total de tiempo que cada ladrillo Lego individual sobrevive en el océano varía según la cantidad de luz y oxígeno y la cantidad de desgaste físico al que está expuesto el ladrillo.

Según los investigadores, la estimación superior de 1.300 años refleja un proceso de degradación gradual que podría ocurrir si, por ejemplo, la exposición a la luz y al oxígeno es limitada. Las estimaciones más bajas pueden aplicarse si se aplica tensión adicional a los ladrillos que hace que el plástico se fragmente y se deteriore más rápido.

El equipo dice que sus estimaciones se comparan con la vida útil de las botellas de plástico hechas de tereftalato de polietileno (PET). Estos son más delgados, pero como han demostrado estudios anteriores , podría tomar décadas desintegrarse, mostrando una vez más cuánto tiempo pueden durar los productos hechos de plástico.

Esto es particularmente importante dado el gran volumen de plástico que llega al océano. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se agregan al menos ocho millones de toneladas de plástico cada año.

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